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Solución a la metástasis: Chilenas quieren frenar el cáncer de mama

Desde hace cuatro años un grupo de científicas a cargo de la doctora en Bioquímica Lorena Lobos, investiga una nueva técnica para detener la proliferación de células tumorales.

Entre vasos precipitados, muestras clasificadas, pipetas y placas de cultivo celular, se desenvuelve a diario la doctora en Bioquímica Lorena Lobos (42) en uno de los laboratorios de la Fundación Ciencia y Vida.

La doctora Lobos es la investigadora principal de un proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), de 2014, que busca frenar la formación de metástasis en cáncer de mama, cuyos resultados aportan una cuota de esperanza para la cura de esta enfermedad.

El equipo de investigadoras chilenas, compuesto por cinco científicas, liderado por la doctora Lobos, ha trabajado durante cuatro años para determinar el comportamiento de un tipo de microvesículas, pequeñas bolsas, o “saquitos” del torrente sanguíneo, llamados exosomas, que participan como portadores de mensajes que favorecen o no la expansión del cáncer hacia diferentes tejidos.

Este grupo de científicas descubrió que las mencionadas bolsas son capaces de contener distintas moléculas, las que pueden ser dañinas, o benignas y su intención es demostrar que si se atacan a tiempo, sería posible frenar la proliferación del cáncer.

Atacar el sistema de comunicación

Para ilustrar la acción de estos saquitos, la científica explica que proceden de manera similar a las bolas de la serie Pokémon, pues dentro de ellas se encuentran activos buenos o malos, muy parecidos a los que están en los exosomas.

Su objetivo es interceptar el mensaje de los exosomas con información negativa para evitar que ésta se anide en algún tejido. “Es un mecanismo de comunicación súper dañino y nosotras queremos parar a tiempo la interacción”, dice.

Cuando se identifica un cáncer, lo primero es determinar las características del tumor y en algunos casos, el siguiente paso consiste en extirpar la mayor cantidad del quiste para evitar que queden residuos que puedan crear un nuevo nódulo.

“Luego vienen las quimioterapias y radioterapias, ambas con efectos secundarios muy fuertes, por eso mi idea es encontrar una terapia sin consecuencias perjudiciales y que ataque sólo a las células malignas”, explica Lorena.

El principal objetivo de la investigación, es prever el riesgo de metástasis en los pacientes y evitar la reproducción de células tumorales. “Al saber cómo se comunica la célula dañina y el recorrido que realiza, podríamos anticipar cada caso”, argumenta.

La doctora Lobos plantea que de concretarse este diagnóstico como parte de las terapia contra el cáncer de mama, sería posible obtener resultados más específicos y el procedimiento sería tan simple como un examen de sangre.

“Nuestra investigación es novedosa porque podríamos saber a tiempo cuál es el riesgo de que una persona forme un tumor secundario en algún tejido u órgano del cuerpo y bloquear a los exosomas malos, para aumentar la calidad de vida del paciente”, dice.

Superpoderes y financiamiento

Entre los pasos siguientes de la investigación con microvesículas, queda probar cómo bloquear la comunicación de los códigos que transportan estas células, sin embargo por mientras el proyecto podría ser útil para desarrollar un kit de diagnóstico que sería más eficiente que los métodos actuales.

“Me relaciono harto con mujeres con cáncer mamario y me da pena cuando la familia les pide que se hagan otra ronda más de ‘quimio’, y las pacientes ya no tienen fuerza, están devastadas después de ese tipo de tratamiento”, dice.

Cuando se enfrenta a casos similares al descrito, la doctora quisiera tener superpoderes y financiamiento suficiente, para implementar la terapia por la que apuesta para ayudar a las mujeres. “Me gustaría ser como Batman, tener la tecnología y las herramientas para detener la metástasis en el momento preciso. A lo mejor soy soñadora, pero me apasiona lo que hago y no me voy a detener”, finaliza.

Ser científica en Chile

En enero de 2018 la Facultad de Ciencias Físicas y matemática de la Universidad de Chile marcó su peak histórico de ingreso de mujeres alcanzando un 32,8% en pregrado.

Sin embargo, en la etapa de posgrado, muchas mujeres científicas se ven obligadas a optar por seguir su carrera de investigación o dedicarse a la familia, por el tiempo que ambas actividades requieren se vuelven incompatibles en algunos casos.

La doctora Lorena Lobos tiene dos hijos y una red de apoyo familiar que le ha permitido dedicarse a la ciencia sin conflictos, aunque para algunas de sus colegas las condiciones laborales no son óptimas, debido a que no tienen contrato y por lo general, trabajan a honorarios.

“Algunas científicas tienen que dedicarse a dar clases en diferentes universidades para conseguir una situación económica estable y renunciar a los laboratorios, a veces también cerebros muy calificados tienen que cambiar de rubro y abandonar definitivamente la ciencia”.

Para Lorena todo tiene que ver con el financiamiento que destina Chile a las ciencias y el apoyo que entrega el país a las mujeres que se desempeñan en el área. «Hasta ahora sólo nos facilitan prorrogar las postulaciones a becas o fondos por seis meses, pero nadie es mamá sólo por ese período”, finaliza.

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