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¿Por qué Putin es invencible? El perfil del reelecto presidente de Rusia

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha vuelto a ser elegido para el cargo. Cumplirá su cuarto mandato, hasta 2023. ¿Cómo ha llegado a convertirse en un verdadero zar contemporáneo?

Siempre se supo que Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, ganaría las elecciones de este domingo. Unas elecciones que funcionaron más como un plebiscito hacia su persona y sus políticas internas y externas, que han llevado a su país a recobrar el protagonismo internacional perdido durante los años noventa. Una carrera de uno solo.

Putin, un ex agente formado en la KGB enviado a Dresden para cumplir misiones de reclutamiento y espionaje para la Unión Soviética, y ex director del Servicio de Inteligencia heredero del aparato de inteligencia soviético, ha construido desde su ascenso en el 2000 un sistema autoritario que gira en torno a su persona. Esto, con el objetivo de devolver a Rusia el lugar que él cree que se merece.

Después de la caída de la Unión Soviética, Rusia vivió una crisis profunda que duró hasta fines de la década de 1990. Para Putin, Boris Yeltsin pasaba el tiempo emborrachándose y entregándole en bandeja a Estados Unidos el estado ruso. Putin, líder de la inteligencia postsoviética, vivía como muchos rusos la vergüenza nacionalista.

De ahí que aprovechara el empujón que le dieron los políticos rusos de la época para renovar el país. Con la aprobación de los gobiernos occidentales, que venían en Putin a un político renovado y occidental, y con la aparición del terrorismo como principal enemigo mundial después de los ataques de 2001, Putin fue en silencio montando un Estado a su medida.

La vieja gloria rusa

Los rusos creen que gracias a Putin, Rusia ha recobrado el poder y la influencia de los tiempos de la Unión Soviética.

“Putin es genuinamente popular en Rusia por sus políticas extranjeras e internas, y también por su carisma. Es considerado uno de los grandes políticos de la historia de Rusia”, explica a Metro Ivan Katchanovski, un profesor de ciencias políticas y experto en política rusa de la Universidad de Ottawa, en Canadá.

“Se le da el crédito de haber restituido la influencia rusa en el mundo, haciéndole frente a Occidente, por haber anexado Crimea, donde viven muchos rusos, y por haber reconstruido el poder militar ruso”, agrega.

Estado mafioso

Como explica la periodista rusa Masha Gessen en el libro “El hombre sin rostro: El sorprendente ascenso de Vladimir Putin”, “Putin sustituyó la creencia en el comunismo por la fe en las instituciones. Su lealtad era para el KGB”. 

Los críticos de Putin, como el comunista Pavel Grudinin, le acusan de ser un imperialista que tiene a su gente viviendo en la pobreza. Además, le acusan de usar al estado ruso como un aparato para enriquecerse, y de haberlo entregado a la mafia rusa. Las decenas de asesinatos a opositores al gobierno, como la periodista Anna Politkovskaya, el político Boris Nemtsov, y el ex espía en el exilio Alexander Litvinenko, han levantado las críticas a Putin por construir un “estado mafioso”.

Por eso es que todo el aparato político funciona en torno a su figura. Las elecciones rusas han sido durante criticadas por los opositores rusos, como el ajedrecista Gary Kasparov, por ser “una farsa”. Es el propio gobierno el que debe aprobar las candidaturas, teniendo el poder de bajarlas. 

El poder ejecutivo controla el poder judicial, y la policía funciona como protectora de la mafia, bajo el paraguas protector del Kremlin. Los sobornos son pan de cada día, como lo reveló una filtración de documentos hecha por WikiLeaks en 2010.

¿Más allá de 2023?

La constitución rusa prohibe a los presidentes mantenerse en el cargo por más de dos periodos consecutivos. Por ende, esta debería ser la última vez que Putin se presente a unas elecciones.

A menos que Putin quiera cambiar las reglas del juego.

“Esa es la pregunta que viene ahora: si es que Putin continuará siendo el líder de Rusia después de que termine este periodo”, dice Katchanovski. La opción parece probable, y preocupa a la oposición rusa.

Por ahora, Putin se mantiene en el poder de forma constitucional, empezando así su cuarto mandato. Al menos hasta 2023.

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