El ex presidente de Francia Nicolas Sarkozy fue detenido el martes como parte de una investigación por haber recibido supuestamente millones de euros de financiación ilegal del régimen del fallecido dictador de Libia Moamar Gadafi.
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Sarkozy estaba retenido en la comisaría de policía de Nanterre, al oeste de París, dijo a The Associated Press una persona con conocimiento directo del caso, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir el asunto en público.
Sarkozy y su antiguo jefe de gabinete negaron haber cometido delito alguno en el caso, que afecta al financiamiento de la campaña presidencial de 2007, que lo llevó la Palacio del Elíseo.
Aunque la investigación está abierta desde 2013, el caso ganó impulso unos tres años después, cuando el empresario franco-libanés Ziad Takieddine dijo al cibersitio de investigación Mediapart que él había entregado maletas procedentes de Libia con 5 millones de euros (6,2 millones de dólares) en efectivo a Sarkozy a su ex jefe de gabinete, Claude Gueant.
Un abogado de Sarkozy no respondió de inmediato a un mensaje de AP para realizar comentarios.
Los investigadores estudian la denuncia de que el régimen de Gadafi entregó en secreto a Sarkozy un total de 50 millones de euros para la campaña de 2007. La suma sería más del doble del límite legal de financiamiento de una campaña, que en ese momento era de 21 millones de euros.
Además, los supuestos pagos violarían las leyes francesas contra la financiación extranjera y las que obligan a declarar la fuente de los fondos para las campañas.
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En la entrevista publicada en noviembre de 2016 por Mediapart, Takieddine dijo que el jefe de la inteligencia de Gadafi le entregó 5 millones de euros en viajes a Trípoli a finales de 2006 y 2007, y que dio las maletas con el efectivo a Sarkozy y Gueant en tres ocasiones. Las entregas tuvieron lugar en el Ministerio del Interior mientras Sarkozy estaba al frente del departamento.
Durante años, Takieddine ha tenido sus propios problemas con la justicia francesa, centrados principalmente en la acusación de que proporcionó fondos ilegales a la campaña presidencial del conservador Edouard Balladur en 1995, a través de comisiones por la venta de submarinos franceses a Pakistán.
Sarkozy mantuvo una relación compleja con Gadafi. Poco después de asumir la presidencia, Sarkozy invitó al líder libio en una visita de Estado en la que fue recibido con honores. Pero más tarde Sarkozy colocó a Francia en la vanguardia de los ataques liderados por la OTAN contra las tropas del dirigente, que ayudaron a los combatientes rebeldes a derrocar su régimen en 2011.
Esta no es la primera vez que el expresidente galo tiene problemas con la justicia. En febrero de 2016, se presentaron cargos preliminares en su contra por un supuesto gasto excesivo ilegal en la fracasada campaña para su reelección en 2012 y se ordenó la celebración de un juicio.