Preocupantes cifras arrojó el Informe Mundial sobre el Desarrollo del Agua, documento de 100 páginas encargado por la Unesco a la ONU y presentado en el Foro Mundial del Agua, que por primera vez se realiza en Latinoamérica.
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No es casual que la octava versión de este importante encuentro se realice en Brasilia, donde el problema del agua ha llevado a 2 millones de personas a tener sus grifos apagados una vez cada cinco días por la sequía.
La creciente problemática con la escasez de agua llegó para quedarse y, sino se reestructuran diferentes industrias, para aumentar ferozmente.
50 mil millones sin agua
Al día de hoy cerca de la mitad de la población mundial, unas 3.600 millones de personas, vive en zonas donde falta agua al menos un mes del año. Para hacerse una idea la cantidad corresponde a un poco menos de los habitantes de Asia.
Al año 2050 la ONU pronostica un incremento de personas que llegaría a los 9 mil millones. A esa misma fecha la cifra de afectados por la falta de agua llegaría a los 5 mil setecientos millones. Es decir la cantidad de habitantes de Asia, América y Europa. Más de la mitad de la población mundial.
¿Por qué?
El incremento se debe al cambio climático y los suministros contaminantes, por lo que la ONU advierte que a menos que se tomen medidas para reducir el estrés en ríos, lagos, acuíferos, humedales y embalses, no existe mucho futuro para la humanidad.
Los humanos usan alrededor de 4.600 kilómetros cúbicos de agua cada año, de los cuales el 70% se destina a la agricultura. Ahí es donde se concentrarán los esfuerzos y ONU propone la «agricultura de conservación», que consiste en usar agua de lluvia para regadíos y así regularizar la rotación de cultivos para mantener la cobertura del suelo.
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Los procesos naturales pueden «actuar como reguladores, limpiadores y proveedores de agua», explicó en una rueda de prensa en París Richard Connor, redactor jefe del informe anual de la ONU sobre respecto a estas alternativas denominadas «Infraestructuras Verdes».
Cantidad y calidad
La escasez no puede compensarse con suministros de agua subterránea, ya que un tercio de ellos están en peligro. Tampoco es probable que la construcción de más presas y embalses sea una solución.
La calidad del agua también se está deteriorando. Desde la década de 1990, la contaminación ha empeorado en casi todos los ríos de África, Asia y América Latina, y se espera que siga deteriorándose en las próximas dos décadas
principalmente debido a los escurrimientos agrícolas de fertilizantes y otros agroquímicos que cargan suministros de agua dulce con nutrientes que conducen. Aproximadamente el 80% de las aguas residuales industriales y municipales se descargan sin tratamiento.