“¡Cocaleros de pie, nunca de rodillas!”, gritaba un grupo de rebeldes que se enfrentó el jueves a la policía en momentos en que el presidente Evo Morales se concentra en el juicio en La Haya.
Miles de cocaleros del norte de La Paz llegaron a esta ciudad para retomar el mercado de la hoja de coca, ocupado hace unos días por un grupo de cocaleros presuntamente afines al gobierno.
La policía resguarda el mercado de este producto en un barrio de La Paz e impide que los manifestantes desalojen a los nuevos ocupantes. La venta quedó suspendida y el perjuicio es para 35 mil cocaleros que no pueden vender su producción, dijo el viceministro de la Coca, Froilán Luna.
Ayer los rebeldes lanzaron a la policía llantas incendiarias, bombas caseras, piedras y hasta dinamita de poca potencia en un intento por retomar su sede. Una decena fueron detenidos, otros cientos gritaban.
“No vamos a replegarnos mientras no recuperemos nuestra sede”, dijo el líder de los cocaleros rebeldes Franklin Gutiérrez, pero Luna negó una supuesta intromisión. “Es una disputa entre cocaleros y más bien el gobierno está buscando acercar a las partes”, dijo.
Gutiérrez y sus seguidores eran fervientes defensores de Morales pero el divorcio surgió hace un año cuando el mandatario aprobó una nueva ley de coca que eleva de 12.000 a 20.000 las hectáreas legales y reconoce tres zonas legales para el cultivo, una de ellas el Chapare, feudo del mandatario que por más de una década lideró a los sindicatos para legalizar el arbusto en esa zona del centro del país.