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El Gobierno del Presidente Piñera anunció que desean aumentar la competencia en el mercado de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). La nueva administración comunicó sus intenciones de abrir las puertas del mercado y permitir la entrada de nuevas organizaciones. En este sentido, deslizaron el deseo de que existan más de éstas, las que podrían ser operadas por empresas, organizaciones sin fines de lucro e, inclusive, el Estado.
Las AFP se dedican a invertir el ahorro que obligatoriamente deben realizar los chilenos mes a mes, de cara a su jubilación. La idea es que con estas inversiones, las AFP ganen dinero para sus afiliados. Por este servicio, las cobran una comisión mensual de cada salario, las que van del 1,48% al 0,41% que cobra la más barata. Se cree que la entrada de nuevos actores logrará reducir estas tarifas.
Adicionalmente, cada AFP trata de obtener mejores rentabilidades que su competidora, para así captar a la mayoría de los clientes. No obstante, en la práctica, generan retornos muy parecidos y no existe una que invierta notablemente mejor que otra. Quizás una de las ideas de permitir la entrada de nuevos actores es que el mercado se deje de sentir tan confiado de que, sin liderar en rentabilidad, el negocio es igualmente lucrativo.
Y es que sólo en 2017, las utilidades de las AFP oscilaron entre los $71.740 millones logrados por Provida (líder del mercado) y los $2.916 millones generados por PlanVital, la más barata del sistema. El negocio es cuantioso toda vez que la norma obliga a ahorrar para la vejez, por lo que, si lo pensamos, el Estado obliga a más de 8 millones de personas a ser cliente mensual de este servicio.
Estas cifras son las que despiertan el apetito de cajas de compensación, aseguradoras e instituciones financieras ligadas a bancos, quienes fácilmente podrían ser AFP. Estas empresas ya incursionan en administración de fondos, a partir de la venta de APV, por lo que tienen espaldas financieras y experiencia.
El Estado ha sido la gran traba que ha impedido que estas organizaciones entren al mercado, pues la existencia de sólo 6 AFPs ha sido por única y expresa decisión de las autoridades, quien no ha permitido entrada de nuevos actores.
La teoría económica sugiere que, mientras más empresas participen de un mercado, esto contribuye a que exista más competencia. Esto sería positivo para las personas, pues las empresas nuevas y existentes, con el ánimo de no quebrar o darse a conocer, implementan prácticas para obtener y/o mantener clientes, como bajas de precios, mejoras de servicio, entre muchas otras iniciativas. Un ejemplo es la telefonía móvil, donde la irrupción de nuevas empresas significó bajas de precios y olas de personas cambiándose de compañía, lo que a la larga indujo a todas las operadoras a mejorar sus servicios y bajar sus tarifas.
¿Logrará esto mejorar las pensiones? Sin duda contribuirá. Sin embargo, esto es sólo una aspirina para un problema que pareciera ser cancerígeno.
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