Un Sebastián Dávalos llegó esta mañana al Juzgado de Garantía de Rancagua, con un brazo lesionado y con una broma en la boca: «Me disloqué el hombro firmando querellas contra los medios».
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Sin embargo la alegría le duró poco a pesar de que se libró definitivamente de la causa madre del Caso Caval, es decir, el presunto fraude por venta de terrenos en Machalí comprados mediante el socio Hernán Chadwick por el precio de $6.500 millones y vendidos por $9.500 millones.
La primera formalización de Sebastián Dávalos dio notorios frutos: por la arista Vial del Caso Caval, delito bajo el cargo de estafa, el hijo de la ex mandataria Michele Bachalet quedó con arraigo nacional y firma mensual.
Se enojó
El plazo de la medida preventiva es de 90 días, lo que durará la investigación en contra de él, su esposa y Mauricio Valero. El monto presuntamente defraudado supera los mil trescientos millones de pesos y la medida molestó a Dávalos.
“Hoy día quedó demostrado en la audiencia, el Ministerio Público no ha sido capaz de mostrar una sola prueba de autoría o de delito alguno. Una vez más, frente a lo que estamos es que el Ministerio Público, en su desesperación por mostrar logros, se dedica a filtrar a la prensa información que es parcial, que viene recortada y que es un delito que lo haga”, dijo el hijo de la ex presidenta.
Información «filtrada»
El cientista político continuó diciendo que «la Fiscalía está acostumbrada a filtrar información para tratar de demostrar que los imputados son culpables. El único que puede determinar eso es un juez, y hasta que eso no ocurra, les recuerdo, yo sigo siendo inocente y fui absuelto categóricamente por cinco votos a cero de todas las imputaciones que hicieron».
“Todos los querellantes del caso Caval, entre los que se encuentran varios diputados de la República, ministros del actual Gobierno y subsecretarios; esas personas tendrán que responder ante la Justicia por todas las injurias, calumnias y desames que me hicieron pasar durante tres años”, culminó Dávalos.