Este miércoles habrá buenas noticias para aquellos que ya no aguantan más los bloques de noticias sobre la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Esta jornada es la última de los alegatos orales y por un buen tiempo los noticiarios harán una pausa al respecto.
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Pero aunque la fase de presentación de los litigantes se acabó, el juicio no termina aquí. Es más, vendrán meses en que los magistrados trabajarán en silencio antes de dar su veredicto.
Actualmente son 17 jueces los que participan del proceso: 15 permanentes y dos ad hoc (uno para cada país). Un grupo de ellos trabajará en un borrador que permitirá conocer si Chile tiene o no la obligación de negociar con Bolivia un acceso soberano al mar.
Así al menos lo explica Hugo Llanos, ex miembro de la Corte de Arbitraje Internacional de La Haya, quien en conversación con Publimetro señala que el que viene es más o menos largo.
«El sistema es que cada juez que participa, hace un borrador del fallo. Después se van acercando las posiciones para lograr un fallo», detalla.
Reuniones
De los 15 jueces permanentes de la CIJ, el más importante es su presidente Abdulqawi Ahmed Yusuf (oriundo de Somalia), quien dirime en caso de empate. Del resto, hay dos que no pueden participar en el fallo. Uno es James Richard Crawford (Australia), que en el juicio del diferendo marítimo entre Perú y Chile asesoró a nuestro país. El otro es Hisashi Owada (Japón), quien presentó su renuncia que se hará efectiva en junio de este año.
Pero los 13 finales trabajarán codo a codo con dos jueces ad hoc, uno para Bolivia y otro para Chile. Estos son Yves Daudet (Francia) y Donald McRae (Canadá), respectivamente.
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Este grupo es el que se reunirá a acordar un texto en común. Si en la disertación escolar era difícil ponerse de acuerdo en grupos de tres estudiantes, imaginen lo que pasará en este caso.
«Lo complejo es que los jueces comienzan a proponer y votar párrafo por párrafo la sentencia que será la final. Tratan de buscar la mayor unanimidad en esa labor, por eso tardan», precisa Samuel Fernández, ex embajador de Chile en la Unesco y quien conoció de cerca al juez Yusuf, presidente de la CIJ.
El profesor indica que «si alguien opina distinto y no es posible llegar a un acuerdo, se consigna con una opinión disidente y se expone los argumentos debidamente por escrito. Una vez que se llega a este consenso, se redacta el documento final».
¿Cuándo? «Esto es un proceso larguísimo y no tienen la obligación de fechas. Pueden tardar seis meses, ocho meses. Puede que se de a final de año o incluso, el próximo», indica el académico.
Resultado
Con todos los argumentos sobre la mesa, ¿quién tiene más chance de ganar? «En esta oportunidad no nos vamos a encontrar con un fallo salomónico», indica Máximo Quitral, doctor en Ciencia Política y profesor de historia de la U de Chile.
«A causa de las posiciones, muy probablemente el fallo se inclinará por una o por otra postura, pero no habrá un fallo intermedio como en ocasiones anteriores. El veredicto, creo, va a dejar inconforme a una de las dos partes», agrega Quitral. Pero, ¿a cuál de los dos beneficiará? Ni siquiera los jueces lo saben.