La pérdida de los sentidos se acentúa a medida que se envejece, y uno de los casos que preocupa a los expertos en nuestro país es la pérdida de la vista. El glaucoma es la segunda causa de ceguera en Chile y a pesar de que su detección a tiempo puede evitar daño en un 95% de los casos, se estima que en nuestro país afecta a más de 340 mil personas.
Los rasgos de la silenciosa enfermedad se acentúan con mayor frecuencia al pasar la línea de los 40 años. Uno de los factores que la potenciales el historial familiar que tengan los pacientes.
«La enfermedad consiste en una neuropatía óptica crónica y progresiva que se caracteriza por un aumento de la presión intraocular, lo que ocasiona daño en el nervio óptico y consecuentemente una alteración importante en el campo visual que de no detectarse o tratarse oportunamente conduce a la ceguera”, señala el oftalmólogo de la Clínica Oftalmológica Providencia, Eusebio García.
Un huésped silencioso
El peligro de la enfermedad se incrementa al no presentar síntomas, ni dolor ni visión irregular. Claro que la asintomatía del glaucoma sólo dura hasta que ya es demasiado tarde. El paciente sólo siente molestias cuando la enfermedad se encuentra en un estado avanzado.
Cuando se llega a ese límite, se comienzan a sufrir diversos defectos en el campo visual, lo que decanta en la mayoría de las veces en la pérdida de la visión
Quienes sí pueden presentar síntomas desde el inicio del glaucoma son aquellos pacientes que sufren la patología «por cierre angular». Los síntomas son visión borrosa, arcoíris alrededor de las luces, dolores de cabeza o en los ojos y náuseas.
Esta variación del glaucoma se presenta de forma aguda y repentina, con presiones intraoculares muy altas determinando una abrupta pérdida de la visión y mucho dolor.
¿Tiene cura?
El tratamiento inicial es eminentemente médico a base de gotas que bajan la presión ocular preservando el daño ocurrido. Sin embargo también hay alternativas.
En la cirugía existen variadas técnicas que el médico a cargo podrá sugerir, como son el láser o cirugías filtrantes convencionales. Pero sin duda el mejor de los tratamientos, para esta enfermedad es la prevención, o eso es lo que dicen desde la oftalmología.
“Sí tienes más de 40 años la mejor forma de prevenir esta enfermedad es controlando la presión de tus ojos al menos una vez al año. El daño causado por el glaucoma es irreversible”, señala el especialista García.