China y Estados Unidos pusieron a sudar frío al planeta entero, con las primeras hostilidades de una guerra comercial o arancelaria, conflicto que tiene como «trincheras» de combate cada aduana y puerto, tanto de esas naciones, como de sus socios estratégicos. Tal es el caso de Chile y su principal producto de exportación, el cobre.Pese a los nubarrones oscuros en el horizonte, un atisbo de esperanza comienza a colarse, en medio de una partida ecuménica de póker, que juegan las dos principales potencias comerciales del mundo.
PUBLICIDAD
«Pasaron los años malos de nuestro cobre (2015 – 2016), ya que en 2017 mejoró el precio. Si bien, es cierto que en las dos últimas semanas, ha habido un retroceso debido a los anuncios de guerra comercial por parte de los Estados Unidos, existen elementos que nos llevan a pensar que las amenazas no pasarán de allí», expresó el profesor Tomás Flores, director de Investigación de Negocios de la Universidad Mayor.
Antecedentes bélicos
A criterio de Flores, el que Estados Unidos cierre sus fronteras, es una muy mala noticia para todos, ya que reduce la expectativas de crecimiento de China, el principal comprador de cobre del mundo. «Recuerdo los tiempos de un conflicto comercial de este tipo, en tiempos de Ronald Reagan, en aquella oportunidad con Japón, que se zanjó con la apertura de dos plantas de la Toyota en suelo estadounidense», rememoró el catedrático.
Cuando le preguntamos si Chile puede ver precios estables del cobre, en lo que resta del 2018, para aspirar a una tranquilidad en sus finanzas, Flores aseguró que los US$3,05 establecidos como exceptiva por el Banco Central le otorgan un piso al programa de inversión del Estado, e incluso abren espacios nuevos. «De hecho, la industria minera está revirtiendo una tendencia negativa al recontratar a 10 mil personas, de las 20 mil que había despedido en los tiempos malos de los años 2015 y 2016».
Mucha cautela y prudencia
Consultado sobre el tema, Álvaro Merino, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería de Chile (Sonami), aseguró que Chile ha de conducirse con mucha «cautela y prudencia, esperar a como se desarrollen los acontecimientos y estar preparados para ello».
Al preguntarle sobre los efectos de una potencia guerra comercial, sobre la economía del país, Merino comentó «aún es prematuro poder hacer una evaluación. No obstante, si se profundiza la llamada ‘guerra comercial’ y se ponen barreras al comercio internacional, ello va a afectar el comportamiento de la economía mundial y de Chile, pues en nuestro principal producto de exportación como es el cobre, se presionara su cotización a la baja».
Números duros
Para el especialista, en caso de profundizarse la escalada alcista de tasas arancelarias, «sin duda que tendrá impacto en el comercio internacional que, en el caso de la cotización del cobre y de las exportaciones mineras chilenas, aún no es posible cuantificar su monto, pero claramente serán menores».
Añadió que siendo China el principal socio comercial del país, con un intercambio comercial US$ 34.300 millones en 2017, un recesión en la actividad económica en ese gigante impactará sensiblemente a las finanzas de este país. «Respecto de nuestras exportaciones de cobre a esa nación, es preciso destacar que el año pasado llegaron a US$ 13.436 millones, representando el 42% del total de envíos del metal rojo de Chile al mundo».