La alcaldesa de Maipú, Cathy Barriga junto al Ministro de Defensa, Alberto Espina, y el comandante en jefe del ejército, el general Ricardo Martínez le dieron ayer el vamos a las celebraciones del bicentenario de la Batalla de Maipú, enfrentamiento en el que las fuerzas patriotas, apostadas a la entrada poniente de la capital, vencieron a las tropas realistas, consagrando en forma definitiva la Independencia nacional.
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Histórica batalla -ocurrida el 5 de abril de 1818- que hoy cumple su bicentenario y que abre paso a celebraciones, que cada año reúne a más de 2.000 personas en la explanada del Templo Votivo de Maipú en un desfile militar por «la patria y la victoria».
Sin embargo, no todos en la comuna celebran la batalla. El problema no es su legado histórico, sino que las miles de almas en pena de los guerreros caídos que, doscientos años después, siguen rondando los alrededores.
Matias Romero tiene 34 años y vivió durante dos años en una parcela en el sector de Rinconada, entrada poniente de la comuna por donde probablemente entraron las fuerzas de la realeza. «En las noche se escuchaba cosas paranormales, se oyen gritos de alguien que dice ¡Fórmense, hagan fila!», afirma el vecino de la comuna, quien además señala que por el sector también se escuchan «niños que hablan en las noches y el galopar de caballos con jinetes. Todo esto pasa después de las 12 de la noche».
Cura del Templo Votivo valida las «experiencias»
Hechos que son reconocidos por el rector del Santuario Nacional de Maipú, el padre Carlos Cox, «Lo que aparece sobre los muertos en la película Coco sucede, creo que el tema de los recuerdos de los muertos es real».
El padre que vivió diez años en México explica que «La tradición dice que aquel que partió con dolor y cuyo espíritu no puede descansar entonces queda retenido y hay lugares donde esto se da a grandes escalas, en este caso Maipú a raíz de la Batalla de Independencia».
«Esto yo lo creo y he ido a rezar a lugares para que el recuerdo adolorido pueda terminar», agrega Cox.
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Al igual que Romero, Oswal Carrera (sector Olimpo) y Daniela Novoa (sector El Rey) son vecinos de los alrededores del lugar y narran historias que dan cuenta de la actividad paranormal que se vive en la zona y que hoy, a más de 200 años, causa más dolores de cabezas o escalofríos, que ansias de celebración.