La evolución no sólo es un término que sirve para explicar el origen del humano. Así al menos lo demostraron desde el Ministerio de Transporte este jueves al presentar la versión 2.0 de los antiguos «fotorradares». Se trata del Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (Cati), con la que se pretende monitorear la velocidad en que viajan los automóviles y agilizar así las multas a los infractores.
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Según informó la jefa del ramo, Gloria Hutt, la iniciativa se materializará a través de un proyecto de ley al cual el Ministerio le puso urgencia simple y que, entre otras ventajas, permitirá descongestionar los juzgados de policía local, dispondrá de la tecnología que motive reducir la velocidad urbana a 50 km/h y se financiará sola, esto último a base de las multas que se cursen.
Operación
El sistema funcionaría así: se instalarán cámaras en puntos definidos de la ciudad y se tomarán imágenes para usar sólo los datos estrictamente necesarios para detectar la infracción. Luego se cursará la multa de inmediato si se comprueba la falta. En menos de 10 días hábiles se enviará una notificación al dueño del vehículo.
«Esto es una nueva institucionalidad de control que lo que hace es detectar la conducta que se quiere inhibir, sostuvo Hutt con el objetivo de diferenciarlas de las antiguas «cámaras acusetes», esos fotorradares que se ubicaban en puntos bien escondidos y que tomaban fotografías completas de los vehículos atentando incluso con la privacidad de los conductores.
«No es una intención de sorprender a la gente», declaró la autoridad, agregando que las cámaras de Cati estarán visibles y en puntos definidos, con el objetivo que las personas bajen la velocidad al conducir «por el riesgo de la sanción».
Se pagarán solas
Otro de los puntos que destacó la autoridad es que el costo del sistema ya está resuelto: «Se va a autofinanciar con las recaudaciones», aclaró la ministra.
«Parte de este (dinero) va a un fondo común municipal, porque las municipalidades también tienen un impacto en parte de las infracciones de tránsito», detalló Hutt.
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Apoyan reducción de velocidad
Otra ventaja es que estas cámaras permitirán disponer de tecnología para que se concrete la idea de disminuir la velocidad máxima en pistas urbanas de 60 a 50 km/h.
«A nuestro juicio, reducir la velocidad solamente, sin un mecanismo efectivo de control, no produce los efectos de control que todos queremos que ocurra», reflexionó la ministra.
En ese sentido, confirmó que el Ministerio se la jugará por reponer esta idea solicitando a los parlamentarios que se vuelva a incluir la materia a través de un proyecto legislativo, pese a que en noviembre pasado 14 senadores -ahora oficialistas-votaron en contra de esa idea.
Cabe mencionar que según estadísticas de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), cerca del 30% de los accidentes de tránsito se generan porque el conductor presionó muy fuerte el pedal del acelerador. De hecho, el año pasado, al menos 419 personas fallecieron producto de la conducción a exceso de velocidad.