Esta tarde se dio a conocer una carta que envió el Papa Francisco al episcopado tras recibir los informes de la investigación sobre el caso Barros, indagaciones que llevó a cabo el Monseñor Charles Scicluna tanto en Nueva York como en Santiago.
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En la misiva, leída por el Monseñor Fernando Ramos, el Papa asume que «equivoco» las valoraciones sobre las denuncias y la situación del Obispo Barros. Durante su paso por Chile, Francisco desestimó las acusaciones al sacerdote al decir que «no hay ninguna prueba en contra del él (Barros), sólo hay calumnias».
«En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada», dice Francisco en el texto enviado a los obispos chilenos, en el que además pide perdón a aquellos que se sintieron afectados. «Desde ya pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas».
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Reunión en Roma
Para analizar los resultados de los informes entregados por Scicluna, el Papa convocó a una reunión en el Vaticano a los obispos chilenos «para dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita, y mis conclusiones«.
La fecha del cónclave aún no está confirmada y se le encomendó la misión al Secretario de la Conferencia Episcopal, Monseñor Ramos, de coordinar el encuentro.
En la carta, el Pontífice asegura que tras escuchar los 64 testimonios, los enviados especiales se sintieron «abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder».
Tras la revisión de los informes, Francisco afirma que «todos los testimonios recogidos hablan de manera descarnada, sin aditivos ni edulcorantes, lo que me causa dolor y vergüenza«.