Un día agitado fue el que tuvo este martes Eduardo Toloza Gómez (32), un joven padre que todos los días se levanta temprano a manejar su taxi, para que nunca le falte nada a sus cuatro princesas y a la reina que tiene en casa. Cuando andaba por Santiago Centro, donde ejecutivos con maletines y corbatas suelen abordarlo para carreras cortas, le pasó un suceso que lo marcaría de por vida: terminó con una billetera con $6 millones que se dispuso a devolver. Esta es su historia.
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– ¿Cómo fue que ocurrió todo?
– El día partió normal hasta que tomé a un pasajero en Santa Rosa con la Alameda. Me preguntó cuánto salía hasta Lota con Suecia, en Providencia. Me acordé bien de este detalle ahora que le devolví la billetera, porque como le vi la cara, se me vino a la memoria esto. Bueno, me preguntó y le respondí que $3.500.
– Tssss… barato pues…
– Sí, de hecho cuando llegamos salió $3.680, pero como habíamos llegado a un acuerdo de $3.500, me pagó eso. Yo no tuve ningún problema. Después él se bajó y seguí trabajando normal. De pronto, tomé a la actriz Gloria Benavides, conversamos, nos sacamos fotos y hasta le grabó un video a mi papá. Iba a ver a un amigo que le hacía la música a ella ahí en Bellavista. Después subí a una clínica y me dejó en Puente Loreto. Ahí me abordó un joven y este, al terminar su carrera, me dijo: ‘Oiga master, hay una billetera acá que no es mía’. Yo cuando la recibí vi que tenía plata y los $6 millones en documentos bancarios
– Oiga y qué se siente andar con $6 millones así por la vida… Le pregunto porque yo tengo sueldo de periodista no más…
– No, nada, si es un dinero que no era mío, no me podía ilusionar con algo que no era mío.
– Ahora, seamos francos, uno cuando recibe esa plata lo primero que piensa es ir a la policía…
– Sí, eso es lo lógico, pero hemos visto tanta cosa en televisión sobre los policías… Yo no quiero dañar a la institución ni nada, pero no confío.
– Es que con el Pacogate…
– Exacto, tantos millones que se robaron… y esta billetera tenía plata. Mire, entonces lo que hice fue intentar contactarme directamente con el dueño, sin intermediarios.
– Además, si me hubiese pasado a mí yo altiro pienso que se trata de un capítulo del programa del Tío Emilio…
– Jajá, yo nunca lo pensé, pero si hubiese sido, iba bien encaminado. Lo hice además porque quería que la gente también pudiera volver a confiar en los taxis. Hay gente que está agrupada, por ejemplo, en Easy Taxi, donde hay personas confiables. De hecho, mañana jueves desde esa aplicación me invitaron a tomar desayuno con el gerente para darme un reconocimiento.
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– ¿Un consejo? Si van a un restaurante, pida lo más caro… Pero hablando de otra cosa, cómo es que diste con el dueño de los seis millones
– Miré algunos cheques y vi que eran de cierto banco. Llamé y adivine… me mandaron al servicio al cliente. Así que apliqué plan B, revisar toda la billetera. Así di con otro cheque que tenía un número de teléfono anotado. Llamé ahí y me atendió una señora a la que le expliqué ‘tengo la billetera de este hombre, tanto y tanto’ y me dijo que no me podían dar su teléfono directo.
– ¿Era muy importante el hombre parece?
– Era una persona con un nombre extraño, yo creo que de ascendencia árabe. La cuestión es que al final tuve que dar mis datos, mi dirección y mi teléfono y recién a las cuatro horas el caballero me llamó. Yo le entendí repoco porque como tiene otro idioma, yo creo que por la pinta debe ser judío. Entonces me dijo que recién hoy miércoles podía recibirme. Nos juntamos en Los Leones con Bilbao, justo hay un supermercado y ahí le hice la devolución de la billetera con todo lo que había dejado.
– Felicitaciones, compadre. Oiga, ¿y hubo algún tipo de recompensa, más allá de las gracias?
– Sí, el hombre me dio $20 mil. Yo no quería recibir, pero me insistió así que se las acepté.
– Eh.. $20 lucas no más… ¿Quedaste conforme?
– Jajá… Yo no esperaba nada, así que como insistió tanto, le acepté las $20 lucas. Sí, estoy contento, porque hice lo correcto. Además está bien porque el caballero dijo ‘usted no ha trabajado en la mañana por venir a dejarme la billetera’. Hay gente que puede encontrarlo poco. Me han llamado para preguntar si contactar o no a Leonardo Farkas, pero yo he dicho que no, porque quiero que pase lo más bajo perfil. Es que además quiero demostrar que los taxistas también somos honrados, que también cobramos lo justo y que devolvemos las cosas.