Crecer, consolidar logros como nación y codearse con las naciones más prósperas y desarrolladas del mundo, es el objetivo de de Chile, que desea quitarse la etiqueta de «en vías de desarrollo». Con aciertos y equivocaciones, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) destacó que Chile logró superar un lastre en ese camino para ser un país desarrollado. Según la entidad, nuestro país logró salir de la llamada «trampa de los países de ingreso medio».
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Pero ¿qué es esa trampa? Según el economista Víctor Cifuentes, académico de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma de Chile, un país sale de esa «trampa» cuando alcanza un ingreso per cápita de unos US$ 10.000. Entonces «se dice que puede quedar a medio camino entre países subdesarrollados y países desarrollados».
Asegura Cifuentes que Chile aplicó estas medidas para «salir» de esa trampa: abrió nuevos mercados a nivel mundial, con reglas claras y estables para la inversión tanto interna como extranjera, con impuestos que incentivan a la inversión, legislación tributaria clara y relativamente simple.
«Con un PIB per cápita (PPP) de US$ 24 mil, Chile no se encuentra tan lejano de los países desarrollados. También si se considera el indicador del IDH (Índice de Desarrollo Humano) Chile figura entre los países más avanzados. En materia de calidad de educación y en distribución del ingreso, el país se aleja más del mundo desarrollado», concluyó el profesor.
Somos aspirantes, pero…
Alejandro Alarcón, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, es menos entusiasta de lo que dijo la entidad multilateral sobre nuestro país y ve que aún no estamos tan cerca del desarrollo.
Confirmó que Chile es un «aspirante, que está en el tablón, pero que todavía necesita dar el salto». Difiere y no comparte de la categorización de la Ocde, ya que para salir de la llamada «trampa», Chile necesitaría crecer estructuralmente entre 5 o 6 %, y no 3 o 4 %, como lo reflejan las mediciones macroeconómicas.
«En la medida que aumentemos la productividad general, y que se produzca un crecimiento, fundamentado en la aplicación innovadora de la tecnología, así así Chile entrará en una fase tendencial, y no seguirá dependiendo al ciclo económico de su principal producto de exportación: el cobre», explicó Alarcón. El reto se mantiene vigente. ¿Daremos el salto?
