El ex director del FBI James Comey arremete contra el presidente Donald Trump en su nuevo libro, donde describe el polémico problema de orina de Trump, junto con describirlo como poco ético y de manos pequeñas.
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En las memorias, tituladas «A Higher Loyalty», Comey revela una conversación con el mandatario de enero donde este le pide que considere investigar una escabrosa afirmación que involucra al presidente y a prostitutas rusas orinando en una cama en un hotel en Moscú.
Semanas después de una reunión entre Rusia y el comando del actual presidente en la Trump Tower, el espía británico Christopher Steele publicó un dossier en el que afirma que en 2013 el magnate hizo que prostitutas orinaran en el mismo hotel de Moscú donde se alojaron el en ese entonces presidente Barack Obama y la primera dama Michelle «como una forma de ensuciar la cama».
«Trump negó enérgicamente las acusaciones, preguntando-retóricamente, supuse-si parecía ser un tipo que necesitaba el servicio de prostitutas», narra Comey, según The Washington Post.
En una nueva ocasión, el mandatario volvió a hablar del episodio de las «lluvias doradas» con el ex director de FBI enfatizando en que era mentira por que él no pasó la noche entera en la habitación del hotel y que debido a que le tenía fobia a los gérmenes no podía ser verdad.
El presidente volvió a solicitar su intervención porque era un tema que estaba afectando mucho a su esposa Melania y que le molestaba que hubiese «un uno por ciento de posibilidades» que la primera dama pensara que era cierto.
«¿Por qué su esposa pensaría que había alguna posibilidad, incluso pequeña, de que hubiera estado con prostitutas orinando en una habitación de hotel en Moscú?», escribe Comey.
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Retrato al mandatario
Además, Comey retrata a Trump como una figura parecida a un jefe de la mafia que trata de borrar las fronteras entre la aplicación de la ley y la política, y lo describe como un tipo más bajito de lo que esperaba con una corbata «demasiado larga» y «con medias lunas de un blanco brillante» bajo sus ojos que él insinúa se deben a las gafas para bronceado.
También indica que trató deliberadamente medir la mano del presidente, y dijo que era «más pequeña que la mía, pero no parecía inusualmente chica».
Trump explota
Obviamente ante tan impactantes testimonios el ex mandatario no se quedaría indiferente. El viernes por la mañana Trump se dirigió a su cuenta de Twitter para tratar de «débil», «baboso», «mentiroso» y «filtrador» a Comey.
«Prácticamente todo el mundo en Washington pensó que debía ser despedido por el terrible trabajo que hizo-hasta que fue, de hecho, despedido. Filtró información clasificada, por la cual debería ser procesado. Mintió ante el Congreso bajo juramento. Él es un débil», escribió.
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/984763579210633216
Además indicó que su manejo del corrupto caso Hillary Clinton, y los acontecimientos que lo rodean, serán uno de los peores «trabajos fallidos» de la historia. ¡Fue un gran honor despedir a James Comey!»
Trump despidió a Comey en mayo de 2017, desatando una lucha en el Departamento de Justicia que llevó al nombramiento de Robert Mueller como fiscal especial que supervisa la investigación sobre la presunta interferencia rusa. La pesquisa de Mueller se ha expandido hasta incluir si Trump obstruyó la justicia al despedir a Comey, una idea que el presidente rechaza.
Pompeo presta ropa a Trump
Por su parte, el director de la CIA, Mike Pompeo, postulado para secretario de Estado, defendió los esfuerzos del gobierno de Trump para responder a la agresión rusa durante su audiencia de confirmación el jueves, e insinuó que se deben aplicar mayores sanciones a Moscú. Pero evadió las insistentes preguntas de los demócratas sobre el manejo por el magnate de la investigación especial de la injerencia rusa en la elección de 2016.
Pompeo confirmó públicamente por primera vez que lo ha entrevistado el fiscal investigador Robert Mueller acerca de los posibles vínculos entre Rusia y la campaña presidencial de Trump y posibles casos de obstrucción de la justicia.
Pero sostuvo que sería improcedente responder preguntas sobre el contenido de la entrevista, ya que como director de la CIA a cargo de recoger inteligencia en el extranjero, ha “participado” de la investigación de Mueller. “Yo cooperé”, indicó Pompeo.
Dijo también que difícilmente renunciaría a la secretaría de Estado si Trump despidiera al fiscal investigador. Los legisladores temen que el presidente intente lograr la destitución de Mueller para poner fin a la investigación, y la Casa Blanca ha dicho que cree que Trump tiene la autoridad para despedirlo si lo desea.