El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, obispo castrense Santiago Silva, afirmó que el último encuentro de la CECH se realizó en medio de un complicado escenario.
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Esto, tras la carta que envió el papa Francisco para abordar y hallar una solución a las distintas polémicas que se han generado en el país, entre ellas, los casos de abusos cometidos por miembros de la iglesia.
Al respecto, el presidente de la CECH señaló que «fue un encuentro en medio de una fuerte tormenta. Y la tormenta no fue causada por la fractura de la fraternidad entre nosotros ni por la falta de diálogo».
«La tormenta nos llegó de un corazón traspasado de sinceridad y dolor, el del Papa. Él nos confesó su sufrimiento por el dolor de las víctimas de abusos de conciencia y abusos sexuales en Chile por parte de consagrados», añadió.
En este contexto, reconoció que «esta situación nos avergüenza, nuestro dolor es grande y pedimos de nuevo perdón de corazón», y añadió que «nos comprometemos en hacer lo imposible por acompañar a las víctimas, reparar el daño causado y prevenir estas situaciones.
Respecto de la situación que vive la comunidad eclesiástica, recalcó que «como Iglesia en Chile no estamos bien. La crisis se instaló en ella, pero en cuanto Pueblo de Dios, pues no se trata sólo de una crisis del episcopado».
En este sentido, manifestó que «la crisis no la resolveremos sólo los obispos». «Como Pueblo de Dios tenemos una desafiante misión: ser luz del mundo y sal de la tierra. Para esto Jesús resucitó. No despreciemos esta oportunidad, de lo contrario, seguiremos anidando futuras crisis”, concluyó.