Entre cero y cinco años, los niños desarrollan de manera más rápida sus capacidades físicas, cognitivas y sociales. Sin embargo, la educación parvularia pública en Chile tiene una cobertura en esta etapa en promedio es de 53%, distribuyéndose en un 94% en los niveles de transición, un 48% en niveles medios y 18% en sala cuna.
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Para intentar aumentar el número de niños que asisten a este etapa de la educación, se idearon las modalidades de “atención alternativa”, que pretenden flexibilizar el acceso a esta instancia. “Tenemos que emparejar la cancha desde la primera infancia, permitiendo que todos nuestros niños y niñas desarrollen su potencial”, asegura Nicole Cisternas, directora de Política Educativa de Educación 2020, institución que propone la implementar un plan piloto de “Centro de Aprendizaje Familiar (CAF)”.
Estos programas se implementan desde hace más de una década en otro países e incluye, entre otros beneficios, la flexibilidad horaria y la integración del núcleo familiar a los espacios que generalmente están reservados para los niños y las parvularias. Por ejemplo, en Canada se aplica desde 1990 el plan Better Brginning Futures, que apunta al involucramiento de madres y padres en la formación de los niños en contextos económicamente desfavorecidos.
En Australia, implementaron el Ocassional Care (OCC), que se esmera en dar flexibilidad horaria. Los apoderados pueden llevar a los niños en los horarios y los días que se acomoden a sus necesidades, dejando de lado la clásica oferta full-time.
“Hay todo un segmento de la población para la cual es muy difícil acceder a la educación inicial por razones económicas. Si la meta es una cobertura total, tenemos que crear espacios donde no haya focalización económica. En esta línea, nuestra propuesta es la creación de Centros de Aprendizaje Familiar (CAF) en todo el país”, dice Cisternas.
Los CAF, según la institución de educación, pretende aumentar la cobertura con calidad, mayo rapidez y a bajo costo, con presencia en todas las comunas del país.