El «copycat» es una palabra inglesa utilizada para denominar cuando una persona o un grupo que imita una acción vista en televisión ya sea realidad o ficción, un efecto cada vez más utilizado para denominar actos criminales.
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Atentados
El atropello múltiple ocurrido el lunes en Toronto, Canadá, que dejó al menos diez víctimas fatales y 15 heridos, es un ejemplo de este tipo de práctica, de acuerdo a El Mundo. Si bien Alek Minassian, responsable del ataque, no tenía fines terroristas realizó el mismo ataque utilizan los lobos solitarios que realizan atentados a nombre de Estado Islámico.
Además, se conoció que Minassian había publicado en redes sociales mensajes a favor de Elliot Rodger, el responsable de la masacre del 2014 en California, que dejó seis víctimas fatales y 13 heridos.
Batman
Otro caso simbólico que vuelve a la memoria es la masacre en un cine de Colorado durante la transmisión de la película de Batman «The Dark Knight Rises», donde James Holmes dejó 12 muertos y 70 heridos.
Imitando al clásico antagonista de la saga, el «Joker», como se identificó ante la policía, lanzó gas lacrimógeno en la sala y comenzó a disparar contra los espectadores. Inclusive había transformado su departamento en una trampa mortal con explosivos, como el enemigo del superhéroe.
La Casa de Papel
Otra obra de ficción que se ha vuelvo popular tanto en Netflix como entre los criminales es la popular serie española «La Casa de Papel», que narra cómo una banda delictual, que utiliza máscaras del artista Salvador Dalí, planea y ejecuta un «robo del siglo» en España.
Una banda de narcotraficantes en Buenos Aires, Argentina, e inclusive en nuestro país, un grupo especializado en portonazos en San Miguel, Santiago, utilizaban las máscaras representativas de la serie española para delinquir.
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De igual manera existen muchos casos de asesinatos y tiroteos por imitación utilizando series como «Breaking Bad», «Saw y «Viernes 13», entre muchos otros.
La primera vez que se acuñó el término fue en 1916, cuando un asesino comenzó a copiar los asesinatos de Jack el Destripador. Hoy en una era hiperconectada, donde se conocen un sinnúmero de «malos ejemplos» a seguir, es difícil que el efecto copycat llegue a su fin.