El año pasado, la tensión mundial era total debido al comportamiento de Corea del Norte, específicamente de su líder Kim Jong-un. Ensayos nucleares, lanzamiento de misiles y disputas permanentes con Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y otras naciones hacía que el planeta se alertara ante un inminente conflicto bélico.
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Hoy la realidad es distinta. Ayer, Kim se reunió con el presidente surcoreano Moon Jae-in, siendo el primer líder de Pyongyang en cruzar la frontera hacía el país vecino desde la división de la península.
La histórica cita se llevó a cabo en un ambiente llenó de cordialidad y palabras de buena crianza. Sin embargo, todo no quedó ahí ya que ambos líderes se comprometieron a buscar una “paz permanente”, mientras que también indicaron que cesarán las hostilidades en la zona fronteriza y que intentarán lograr la desnuclearización total de la península.Para lograr esto, durante mayo las Coreas celebrarán conversaciones militares de alto nivel.
También acordaron zanjar sus desacuerdos sobre la frontera marítima occidental designando esa área como “zona de paz” y garantizando el trabajo seguro de los pescadores de ambos países.
Junto con esto, ambos mandatarios pactaron reunir a las familias separadas por la guerra. Las Coreas están “unidas por la sangre como una familia y los compatriotas no pueden vivir separados”, expuso el líder norcoreano.
Visitas
En la oacasión Moon acordó visitar la capital norcoreana en otoño, mientras que Kim apuntó que visitaría la Casa Azul, sede de la presidencia surcoreana, si lo invitan.
Ambos líderes dijeron que se reunirán de forma regular e intercambiarán llamadas telefónicas a través de la línea habilitada recientemente y que abrirán una comunicación permanente en la localidad norcoreana de Kaesong.
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El líder norcoreano apuntó que no se debería repetir la “desafortunada historia de los acuerdos intercoreanos anteriores, que sólo alcanzaron la línea de salida” antes de fracasar.