En 1948 la península fue dividida. Siete décadas después, Kim Jong-un se convirtió en el primer líder de Corea del Norte en pisar territorio surcoreano.
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Este hecho demuestra la importancia de la histórica cumbre entre los líderes de las dos Coreas, quienes prometieron buscar una «paz permanente» en la zona tras años de hostilidades.
Por lo mismo, debido a la magnitud del evento, Kim quiso demostrar cuál es la importancia que le da a la cita, dejando un inolvidable mensaje en el libro de visitas de la Casa de la Paz.
Según informa Reuters, el líder supremo escribió «una nueva historia comienza ahora». Y debajo de esto, remató con «una era de paz». Ojalá las palabras del norcoreano sean el reflejo de lo que venga en los próximos años para la península.