«Mi guagua se estaba empezando a envenenar con la infección». Así Fernanda Sandoval (25) cuenta a través de un video, que subió a su cuenta de Facebook, la dura experiencia que dice le hicieron vivir en el hospital de Quilpué tras negarle un aborto por la segunda causal, inviabilidad fetal.
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Con la esperanza de que «no le vuelva a pasar a nadie más», la joven cuenta que el 6 de abril llegó a la urgencia del recinto asistencial con 14 semanas y cinco días de un embarazo de alto riesgo, producto del implante del dispositivo intrauterino T de cobre. Luego de realizarse los exámenes pertinentes se le informó que el huevo se estaba desprendiendo y que tenía una infección.
Objeción de conciencia
Tras el paso de las horas Fernanda rompió bolsa y en la noche de ese viernes se le informó que no había ninguna probabilidad de que su hijo sobreviviera ya que no tenía líquido amniótico. Ante el sombrío escenarioe cuenta, solicitó hablar con el doctor de turno para que se le realizara un aborto por inviabilidad fetal.
«Este doctor objetor de conciencia, sin mostrarme su certificación de estar inscrito en el servicio de salud, me dice que el no va a firmarme y no va acceder a la ley de aborto ya que hay un 18% probabilidades de que la guaguita nazca», expone.
Al día siguiente, indica que una matrona se acercó a comentarle que el procedimiento fue mal hecho, que sí correspondía la causal y que su matrona jefa estaba viajando, fuera de su horario laboral, para conversar con ella.
Luego de una nueva ecografía, a Fernanda le informan que los latidos eran bajos y que su hijo se estaba empezando a envenenar con la infección.
La matrona jefa, una vez en el hospital le explica el procedimiento, le pide que firme los papeles correspondientes, le suministra la primera dosis de Mifepristona y le informa que al día siguiente, el domingo 8 de abril, le deben dar la segunda dosis que corresponde a Misotrol.
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Sin tratamiento
«Llegamos al día domingo y yo a las 15:00 horas empecé con contracciones. La doctora de turno me dice que no me va a administrar la pastilla de Misotrol ya que ella era objetor de conciencia, nuevamente sin presentarme el certificado de estar inscrita en el servicio de salud», señala.
La profesional de tuno le habría indicado que había un periodo de 48 horas desde la primera dosis para la segunda y que el siguiente turno podía continuar con el tratamiento. Pero cerca de las 16:00 horas empezó con contracciones en la sala de maternidad del hospital.
«Estando con más pacientes y cada paciente con sus visitas, empecé con contracciones cada vez más fuertes solicitando ayuda, calmantes, atención médica, alguien que me prestara atención. No llegó nadie y tuve a mi guaguita en la cama, en la pieza del hospital. Nació, quedó dentro de mi ropa interior», narra Fernanda visiblemente afectada.
Según el testimonio dedla mujer, entre gritos y tras un periodo de tiempo considerable, llega el equipo médico que retira el cuerpo del menor, lo depositan en una fuente, que según escuchó la joven era «una chata», y se la llevan a ella a pabellón.
«Estando en pabellón se empiezan a cuestionar si me atienden o no ya que ellos no estaban de acuerdo como equipo técnico en hacer un legrado porque yo había solicitado la ley por la segunda causal», indica la joven. Tras diez minutos decidieron atenderla.
Hasta las últimas instancias
El día lunes, luego de recibir el alta, fue a retirar el cuerpo de su hijo para realizarle un funeral y ser sepultado en el cementerio, rememora y agrega que ese mismo día dejó un reclamo en el hospital de Quilpué.
Más tarde el director se habría contactado con ella para disculparse debido a que «no cumplieron con el protocolo». Fernanda dice que ya realizó las acciones legales correspondientes y asegura que llegará a las últimas instancias para que no vuelva a pasar.
«Cómo pacientes y personas, yo y mi hijo fuimos vulnerados y no quiero que esto le vuelva a pasar a nadie», asegura.
https://www.facebook.com/fersandoval.652012/videos/828220240702097/&show_text=0
Réplicas desde el hospital
El Hospital de Quilpué emitió una declaración pública, difundida por el Dínamo, en la que señala que la paciente fue tratada bajo la «interrupción voluntaria del embarazo por Causal 1», por riesgo de vida de la madre.
«Debido a que el médico en dicho turno es objetor de conciencia y que su condición no es de riesgo inminente, se inicia el protocolo de interrupción del embarzo en horas posteriores del turno inmediato, con equipo médico completo», indicaron.
Junto con esto desmintió que «la paciente haya estado sin atención y vigilancia» y que el proceso de aborto haya sido obstaculizado.
«El hospital junto con acoger las aprendió es de la paciente respecto de la situación que señala, considerando el momento de sensibilidad emocional, que significa, entiende que pudo generarse un malentendido en la información y en la contención de la paciente», exponen y agregan que se capacitará al personal en «la acogida y acompañamiento de los pacientes que requieren de esta intervención».