Este domingo finalizaron las reuniones individuales entre el Papa Francisco y las víctimas de los abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima, efectuadas la Casa Santa Marta del Vaticano.
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Dichos encuentros fueron organizados por la Santa Sede a solicitud del sumo pontífice, quien -luego de leer las conclusiones del informe del arzobispo Charles Scicluna- pidió perdón por haber dudado de los testimonios de James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo.
Asimismo, la autoridad eclesiástica reconoció haber tenido «graves equivocaciones de valoración» sobre dichos abusos, las que incluso expresó durante su reciente visita al país.
Las víctimas han calificado la invitación como un paso más en la búsqueda de justicia, destacando también su rol como representantes de muchas otras víctimas de abuso por parte de miembros del Clero en Chile.
«Que la iglesia católica sea aliada y no más abusadora»
El viernes comenzaron las conversaciones, y el filósofo José Andrés Murillo fue el primero en reunirse con el Papa Francisco. Fue una visita de aproximadamente dos horas, en las que expresó la importancia de entender los atropellos cometidos, como un abuso de poder.
En 2003, y luego de un extenso proceso de reflexión, Murillo presentó una denuncia contra el sacerdote. Fueron siete años los que tardó en realizar las acusaciones, pero no porque no quisiera, sino por la exposición que esto significaba.
No sólo se trataba de una denuncia por abuso, era parte de un destape a hechos perpetrados por un miembro de la iglesia y acallados a través de los años. Era, además, una acusación ante el Arzobispado de Santiago.
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Tras la reunión con el sumo pontífice, más de una década después de su relato, enfatizó en la importancia y «de la necesidad de asumir la responsabilidad, el cuidado y no solo el perdón». Solicitó, además, efectuar un cambio al interior de la Iglesia Católica.
«Sólo espero que sea útil. Que ayude a cambiar lo que sea necesario para que el mundo sea un lugar que cuide, sane acompañe y no que maltrate. Y que la Iglesia Católica en eso sea aliada y no más abusadora«, añadió en su cuenta de Twitter.
Una reunión satisfactoria
Durante el sábado, el médico James Hamilton tuvo la oportunidad de reunirse con la autoridad eclesiástica en el Vaticano. Luego del encuentro, declaró sentirse «muy contento y satisfecho».
Al igual que Murillo, Hamilton fue invitado para declarar sobre los abusos que sufrió por parte de Karadima, los que comenzaron en la década de los ’90, cuando tras la muerte de su padre, se acercó a la parroquia El Bosque, gobernada por Karadima por casi 50 años.
La acusación fue realizada en 2005, y a diferencia de las otras dos víctimas, estuvo impulsada por un tercero. Se trata de su ex esposa Verónica Miranda, quien había hecho lo propio un año antes.
Terminado el encuentro en la residencia del Santo Padre, Hamilton señaló que fue una «instancia sincera, acogedora y enormemente constructiva».
Esperanzas en el futuro de la Iglesia
La última reunión fue realizada este domingo, y fue protagonizada por el periodista Juan Carlos Cruz, uno de los primeros denunciantes de los abusos cometidos por Karadima.
Durante un encuentro privado, que se extendió por más de dos horas y media, conversó con el Papa Francisco sobre los hechos que vivió bajo el abuso del sacerdote y aprovechó de solicitar cambios en la Iglesia.
Respecto de su visita, señaló que «estoy conmovido. Me escuchó con gran respeto, cariño y cercanía, como un padre. Profundizamos en muchos temas».
«Hoy tengo más esperanza en el futuro de nuestra Iglesia. A pesar de que la tarea es enorme», finalizó.
El día lunes 30 de abril finalizarán las reuniones con una junta entre el Papa y los tres denunciantes de Karadima.
Desde el Vaticano señalaron que el contenido de las conversaciones se mantendrá en completo secreto, sin embargo, las víctimas de abuso anunciaron que el próximo miércoles darán una conferencia de prensa para detallar sus impresiones luego de hablar con el pontífice.