Las palabras del doctor Álvaro Retamal, tras atender a la pequeña Ámbar, la niña de un año y 7 meses, que fue violada y asesinada en Los Andes, dan cuenta del horror que envuelve a este caso que ha golpeado nuevamente al país.
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“En un primer momento te enfocas en hacer la pega, el horror te golpea después. Eso afectó mucho al equipo que la recibió, al personal que participó en la cirugía y por supuesto que a nosotros”, comentó el especialista quien fue uno de los encargados de recibir a la niña, estabilizarla, y acompañarla en su muerte.
En entrevista con La Tercera, el facultativo con 18 años de experiencia, relató que si bien había tenido que enfrentar casos de niños vulnerados y golpeados, lo ocurrido con Ámbar se escapa a todo lo imaginable.
“Jamás” había visto un caso de violencia de este nivel, expresó el doctor Retamal. Según los antecedentes médicos la menor tenía un neumoperitoneo, denominación clínica para la presencia de aire en la cavidad abdominal, lo que da cuenta de una perforación interna, además de lesiones sugerentes de penetración anal y se encontraba en estado de shock.
Tal como relató en el mensaje que publicó en su Facebook, el médico reconoció que si bien es difícil no sentir ira contra el responsable de estos actos, dice que también hay que hacer un mea culpa como sociedad.
“Contra el culpable se siente repugnancia, rabia, espanto, pero también horror frente a los que callaron y al final, en menor medida, todos de alguna forma como sociedad le fallamos”, dijo.
“Lo que espero es poder contribuir a que esto no pase nunca más, que se identifique al culpable y que se castigue con el máximo rigor de la ley, pero por sobre todo que como personas asumamos que cada cual tiene una tarea que cumplir. Que el abuso y el maltrato ocurren mucho más seguido y más cerca de lo que estamos dispuestos a creer y que debemos actuar antes del espanto”, concluyó.