«El Papa nos pidió formalmente perdón a nombre propio y a nombre de la Iglesia», dijo James Hamilton, el vocero de las víctimas de Fernando Karadima y que este miércoles terminaron su encuentro con Francisco, luego que acusaran al obispo Juan Barros de encubrimiento.
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A nombre de José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, Hamilton leyó un comunicado donde agradecieron al líder de la Iglesia por escucharlos, al fin.
«El Papa se mostró muy receptivo, atento y empático durante varias horas de conversación», indicó el vocero de las víctimas en un comunicado leído en El Vaticano, este miércoles.
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Lo consiguieron
Pese a tal disposición del Papa, las víctimas de Karadima enfatizaron que la relación con la Iglesia no siempre fue así.
«Durante casi 10 años hemos sido tratados como enemigos, porque luchamos contra el abuso sexual y el encubrimiento en la Iglesia», dijo Hamilton.
No obstante, fue ahora en que los tres pasaron casi una semana en la Hacienda Santa Marta en El Vaticano, en sostenidas reuniones con el Papa, cuando el escenario cambió. «Conocimos el rostro amable de la Iglesia, totalmente distinto al que conocimos antes».
«Reconocemos y agradecemos este gesto y la enorme hospitalidad y generosidad en estos días», agregó el vocero del grupo.
Abuso y encubrimiento: epidemia
En esa misma línea, Hamilton indicó que no tuvieron tapujos para hablar de todos los temas.
«Abordamos temas como el abuso sexual, el abuso de poder y sobre todo el encubrimiento de los obispos chilenos. Realidades a las que no nos referimos como pecados, sino como crímenes y corrupción y que no se agotan en Chile, sino que son una epidemia», calificó el vocero.
«Una epidemia que ha destruido miles de vida de niños, niñas y jóvenes, personas que confiaron y que fueron traicionadas en su fe y en su confianza. Hablamos desde la experiencia, una a la que otros no han logrado sobrevivir», sostuvo Hamilton.
Emplazaron a Francisco
Por último, señaló que el mismo Papa les pidió consejos para abordar esta materia. «Nació la idea de generar sugerencias que nos comprometimos a enviarle durante los próximos días y a seguir trabajando en el tema», informó.
Aún así advirtió que «no depende de nosotros que se lleven a cabo las necesarias transformaciones en la Iglesia para detener la epidemia del abuso sexual y el encubrimiento. Esperemos que el Papa transforme en acciones ejemplares y ejemplificadoras sus cariñosas palabras de perdón. De no ser así, todo esto será letra muerta».