El Tribunal Oral Penal de Calama condenó a Miguel Gonzalo Barraza Maya (62) a cuatro años de presidio, con el beneficio de libertad vigilada, por el delito de abuso sexual de su nieta en 2012. En el transcurso del juicio, se reveló el drama de la víctima, que intentó suicidarse en dos oportunidades.
PUBLICIDAD
En el juicio, el fiscal Raúl Marabolí expuso que los abusos comenzaron cuando la menor cursaba tercero básico, tenía 9 años y visitaba a su padre. Cuando quedaba a cargo de su abuelo, éste la llevaba a una habitación y la acariciaba en sus partes íntimas, y la obligaba a hacer lo mismo con él. En el trayecto de regreso a su casa, el abuelo le daba besos en la boca.
La madre de la víctima declaró en el juicio que la niña comenzó a mostrar comportamientos extraños, se orinaba en la cama y se autoinfligía golpes, por lo cual la llevo al médico e incluso le pidió a un sacerdote que la bendijera. Luego supo que una sobrina había denunciado al abuelo por abusos sexuales y su hija le confesó lo que había ocurrido, tras lo cual también lo denunció.
La mujer recordó que su hija se sentía culpable de haber denunciado a su abuelo y en dos oportunidades intentó ahorcarse. La menor recibió tratamiento psicológico a través de la Fiscalía y poco a poco la niña ha ido recuperando la ilusión de vivir, aunque aún no se anima a andar sola por la calle o a subirse sola a un colectivo.
La víctima también declaró en el juicio y contó que los episodios de abuso se repitieron varias veces, pero ella le dijo a su madre que fue sólo una vez, ya que tenía miedo que metieran preso a su abuelo. Agregó que estos hechos resultaron traumáticos en su vida y que intentó quitarse la vida en dos oportunidades. Sin embargo, según señaló, actualmente se siente mejor viviendo con su madre, su padrastro y su hermana menor que tiene 6 años.
El tribunal, luego de valorar la prueba, dio por acreditados tanto el delito como la participación del acusado, que reúne los requisitos que dispone la ley para otorgar beneficios sustitutivos, por lo que se le concedió la libertad vigilada por el lapso de la condena, sujeto a la Sección de Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería.