Bien es sabido el gran gasto que significa planificar una boda y mucho más si es de la envergadura del matrimonio del príncipe Harry y la actriz Meghan Markle. No obstante, la familia real británica tiene un gran patrimonio y hay detalles en los que no se puede escatimar, como la comida.
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La pareja del momento seleccionó a mil cien personas del público, entre los que se encuentran trabajadores juveniles y líderes comunitarios, para invitarlos a la boda del año y ser los primeros en ver emerger a la pareja casada desde la capilla San George en el Castillo Windsor.
Sin embargo, al parecer la hospitalidad no será completa ya que representantes de la familia real enviaron cartas a estos invitados para sugerirles llevar sus propias comidas campestres, según The Guardian.
En la misiva se les pide «traer un almuerzo de picnic ya que no será posible comprar» comida y bebida en el lugar, donde tendrán que permanecer al menos cuatro horas para ver salir a la feliz pareja.
Rechazo
«Si escuchas que me desmayé, no será porque estaba deslumbrado», señaló Rashid Bhayt (38), el líder de una organización benéfica juvenil que la noche anterior debe hacer ayuno por el ramadán, al medio británico.
Por su parte, Saeed Atcha (21), fundador de la revista juvenil Xplode, señaló que mucha gente desfavorecida que colabora con él le comentaban que «cómo es que tienen este dinero y tienen que traer un picnic». «Soy de la misma opinión. Es insondable «, puntualizó junto con afirmar que estaba analizando comprar comida en un local de comida rápida cercano.
Antes de que se conociera la solicitud de llevar comida, esta semana el Palacio de Kensington había informado que habrían disponibles algunos refrescos y bocadillos, pero se negó a dar más detalles.
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La idea de invitar a estas mil cien personas, quienes cumplirán un rol importante para las imágenes de televisión, era «permitir que los miembros del público también se sientan parte de las celebraciones».