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Mentir o disparar un arma: estos otros crímenes que también conducen a la muerte en Malasia

Dar falso testimonio en un juicio o participar de un robo donde un arma de fuego sea usada puede derivar en la muerte en un draconiano código penal en ese país mayormente musulmán.

Este 29 de mayo Fernando Candia y Felipe Osiadacz, dos jóvenes chilenos enfrentarán la primera jornada de un juicio en Malasia, donde arriesgan la pena de muerte a través de la horca pues son acusados de homicidio.

Tal situación derivó en que los familiares de los jóvenes solicitaran audiencia con el Presidente Sebastián Piñera para ver qué se puede hacer a nivel diplomático para evitar tan terrible escenario.

Asimismo, ha puesto en evidencia el draconiano código penal de Malasia, que no escatima en castigar con al penal capital algunos delitos.

Draconiano código penal

Así al menos lo publica un estudio Centro Sobre la Pena de Muerte en el Mundo de la Cornell Law School, donde indican que no sólo el homicidio genera este tipo de reacción judicial, sino que también otros delitos que para el mundo occidental son nimios o, por lo menos, no tan graves.

De esta forma mentir en un proceso judicial donde se condena a un imputado a la pena capital, el suicidio asistido de un niño o violación con el fallecimiento de la víctima se penan todos con la muerte.
Lo mismo ocurre con la posesión ilegal de armas, participar de un robo donde un arma sea disparada, poner resistencia a un arresto o escaparse de la cárcel.

En esa misma línea el secuestro para pedir recompensa o para asesinar a alguien, el delito terrorista o robo en grupo de más de cinco con resultado de muerte, también reciben la condena capital.

Algo similar ocurre con crímenes de Estado, como la traición a la patria o bien, ofender a la figura del rey, que allá se le conoce como Yang di-Pertuan Agong.

Análisis

Para el ex embajador de Chile en la ONU y académico de la U. Central, Samuel Fernández, este estricto código penal que incluye la pena de muerte existe porque «no hay un acuerdo mundial sobre esta materia. Hay una especie de conciencia planetaria para que la pena capital no se aplique, países que abogan para que sea eliminada esa pena en el resto, pero no hay una norma específica de acuerdo internacional para eliminarla».

Agrega que esto ocurre porque en Malasia tienen una visión distinta de las cosas, sobre todo considerando que 60% de la población es musulmana. «Cada país tiene derecho a tener su propio sistema penal y así en Malasia son crímenes cosas que no necesariamente lo son para el mundo occidental».

En ese sentido indica que son las realidades de los países los que definen las leyes. «Eso es en relación a sus culturas, a su fe y a los problemas que están enfrentando. Nosotros acabamos de buscar que el abuso contra menores de edad sea imprescriptible porque hemos reaccionado como país a un hecho puntual. Ellos con estas penas quieren evitar que se asesine y ¿cómo lo hacen? Con la pena de muerte», sentencia.

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