Carne de camello. Ese es uno de los platos típicos de la República Arabe de Saharaui, ubicada entre Marruecos y Mauritania en África y que debe estar extrañando al menos uno de sus ciudadanos que hoy se encuentra en Chile, esperando regularizar su situación de migrante.
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El dato de su presencia en el país aparece en el último reporte del Proceso de Regularización Extraordinario, que hasta la semana pasada tenía a 102.133 extranjeros registrados.
Y si bien la lista la encabezan los haitianos con 35.602 inscritos, seguidos por venezolanos con 19.605 registros y peruanos con 15.199, hay personas de al menos 15 países africanos que también se hicieron presentes.
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Entre estos últimos aparecen oriundos de Sudáfrica, Camerún, Togo, Egipto, Marruecos y la mencionada República Árabe de Saharaui, todos con menos de 10 registrados por país. Lo mismo ocurre con quienes migraron desde Guinea, Mauritania, República Centroafricana, Madagascar, Etiopía, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona y Cabo Verde.
La lista la cierra al menos un ciudadano que dijo venir de Libia Jamahiriya Árabe. Eso sin contar los 25 que vienen desde Senegal.
Resto del mundo
Entre los migrantes de Medio Oriente que aparecen en el registro se encuentran Jordania, Siria, Líbano e Irán, todos con menos de 10 ciudadanos por país.
Una situación similar ocurre con asiáticos: han llegado representantes de 8 países considerando algunos como Corea del Sur, Vietnam y Bangladesh.
Europa aparece con 14 países en la lista de menos de 10 inscritos por nación mientras que desde América, en esa parte del registro hay ciudadanos de San Cristóbal, Isa Aruba y Guyana.
«Lo interesante sería analizar cómo es que quedaron en esta situación»señala a Publimetro Rolando Poblete, sociólogo de la Red U Nómadas y académico del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile.
«Lo más probable es que llegaron de turistas y en algún momento cambió alguna circunstancia en su país o en su proceso que los hizo optar por quedarse», agrega el académico.
Sobre el proceso en general recalca que «es importante recordar que esta primera etapa es un registro y en ningún caso la regularización misma».