Economía

Investigación revela que menos del 5% de los trabajadores del sector privado en Chile recibe capacitación

Reporte da cuenta que empresas no notan efectos inmediatos entre especializar a sus colaboradores y el aumento de la productividad.

Cuando se menciona que Chile está muy abajo en el ranking de productividad comparado con los demás socios de la Ocde, una de las causas que se pone sobre la mesa la calidad del capital humano.

Al respecto, este lunes se presentó la investigación denominada “¿Cuánto, cómo y en qué capacitan las empresas a sus trabajadores?: dinámicas de la inversión privada en capacitación”, estudio que recoge los datos de la Encuesta Longitudinal de Empresas en Chile, la cual consideró las consultas de 7.267 empresas chilenas de más de 10 rubros, considerando agricultura, minería, pesca, manufactura, construcción, hotelería, transporte, finanzas, inmobiliarias, electricidad y retail.

Entre los principales resultados, llamó la atención que sólo el 4,6% de los trabajadores de empresas privadas en Chile recibe capacitación, donde el sector de retail es el que se concentra la mayor cantidad de firmas que sí las realiza (10,4%).

Respecto a esta situación, la obtención de certificaciones y las exigencias de los clientes son las mayores motivaciones de por qué las empresas realizan capacitaciones en el país; mientras que la interrupción del trabajo productivo es el mayor obstáculo para que en Chile suban estos índices (sobre todo en las pymes).

Esto, porque las capacitaciones se realizan generalmente fuera del horario laboral, donde existen pocos incentivos para los trabajadores; o bien, son dentro de la jornada de trabajo, lo que obstaculiza las labores cotidianas de la empresa.

A juicio de la investigadora de Espacio Público, Eleonora Nun,  existen distintos factores que intervienen en este panorama: los problemas de confianza intersectorial, la rotación de personal y los pocos incentivos de los trabajadores para capacitarse.

Sin embargo, afirma que uno de los grandes conflictos está en que “el vínculo entre capacitación y aumento de productividad es muy difuso de comprobar para las empresas. Por tanto, las capacitaciones no se traducen en aumento de salario para los trabajadores ni que estos suban en la línea de jerarquía interna”.

Por otro lado, al mirar los países desarrollados de la Ocde, queda patente que el modelo es distinto al estar financiado por el Estado, ya que registran grandes niveles de trabajadores que reciben especialización.

En ese sentido, el asesor del Ministerio del Trabajo del actual gobierno, Ricardo Ruiz subrayó que en Chile el Estado ha dejado la labor de capacitar a cargo de las empresas, “mecanismo que se sustenta en la franquicia tributaria, y que está muy lejano a parámetros de productividad. En ese sentido, el gobierno debe perseverar para que la capacitación sea realmente productiva».

Capacitar para qué

Según conocedores del tema, estos resultados dan cuenta que no existen un foco en la economía para saber en qué aunar los esfuerzos de capacitación, ni tampoco el Estado ha estado presente para establecer criterios.

El vicepresidente de Formación y Capacitación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabián Caballero sostuvo que “la capacitación en Chile ha sido un largo camino de improvisación, ya que no sabemos cuál es la matriz económica que guían los criterios para capacitar. Hoy las empresas se certifican para cumplir con estándares de otros países”.

Por su parte, el economista asesor de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Javier Irarrázaval concluyó que «tenemos un sistema de capacitaciones fallido porque no responde a criterios de productividad -que es algo que le interesa a las empresas- ni de empleabilidad y remuneración -que le interesa a los trabajadores-. Si queremos tener un real avance en la materia, este debe ser tripartito, considerando a las empresas, trabajadores y gobierno».

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