Tras un mes de movilizaciones, los rectores de las universidades involucradas llamaron al diálogo con el fin de deponer las tomas en forma pacífica y reanudar las actividades académicas.
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A la fecha casi una veintena de planteles mantienen tomas totales o parciales. En la región del Biobío, el rector de la Universidad de Concepción, Carlos Saavedra, llamó a que “los estudiantes depongan las ocupaciones de las facultades en toma para producir un diálogo abierto y propositivo, orientado a que todos los miembros de esos espacios contribuyan decidida y creativamente en la solución de temas largamente postergados”, señaló a El Mercurio.
En la misma línea están los rectores de las universidades del Biobío, Católica de la Santísima Concepción, de Temuco y de Los Lagos, descartando desalojos. “Desde que asumí, nunca hemos hecho un desalojo. Apelo a la racionalidad y buen diálogo. La movilización ha sido muy respetuosa”, señaló el rector de la sede Osorno de la Universidad de Los Lagos, Óscar Garrido.
En la Universidad de Chile ya se han tomado acciones para atender las demandas. El rector Ennio Vivaldi y la directora de Igualdad y Género del establecimiento, Carmen Andrade, se reunieron con el ministro de Educación, Gerardo Varela, para solicitar que se aceleren las medidas para sancionar el acoso a estudiantes. También se trabajan los nuevos protocolos, apuntando a la ley de universidades estatales, que traerá nuevas sanciones para los acosos.
En la Universidad Católica apuestan por un cambio cultural. “Todos estos lineamientos, los programas de intervención, requieren un proceso gradual en la comunidad, de manera que uno vaya internalizando la forma de relacionarnos con los estudiantes y entre ellos”, señaló Roberto González, coordinador de la Comisión de Prevención y de Violencia Sexual.
Por otra parte, el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, aseguró que no tolerarán tomas en los establecimientos de enseñanza media de la comuna y que rige el “colegio tomado, colegio desalojado”. “No tenemos dobles discursos. No hay tomas pacíficas. La toma en sí es un hecho violento que impide que la mayoría de los estudiantes pueda ejercer su derecho a educarse”, puntualizó.
