El lugar escogido para marchar este año por los diversos colectivos chilenos que defienden la semilla fue Paine, comuna que alberga a la planta más moderna de la principal productora y exportadora en Chile de maíz, soya y canola.
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Se trata de la transnacional Monsanto, empresa que el año pasado recibió la aprobación para expandirse en la comuna al sur de la Región Metropolitana, lo que le significó a la polémica firma una inversión de 10 millones de dólares.
Y a pesar de que la marcha quiso concentrarse en Paine por ser este el lugar escogido para instalarse y ampliarse, los manifestantes no se encontraban frente a la planta, ubicada en el kilómetro 41,5 de la Longitudinal Sur.
Por el contrario, se insertaron en las calles de las poblaciones aledañas y se metieron por diversos pasajes para entregarle panfletos a los vecinos del sector. La jornada anual contra Monsanto también se unió a la consigna contra el TPP-11, según se vio en los afiches, y logró convocar a cerca de mil personas.