En la cultura árabe, los garbanzos son el grano de la felicidad, pero en Chile las legumbres están lejos de estar entre los alimentos favoritos de la población.
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De hecho, menos de un cuarto de los chilenos declara consumir legumbres dos veces a la semana y la cifra es aún menor en la población más joven, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017.
El nacimiento de una idea
De ahí la apuesta de Carmen Gloria Rode, una ingeniera civil químico que desarrolló «Nuna», un emprendimiento dedicado a la comida saludable.
Las legumbres como el garbanzo y los granos como el amaranto y la quínoa se transforman en barras de cereales, brownies, galletas, galletones, tortas y muffins.
“Siempre estoy buscando innovar en materias primas y con los garbanzos mi idea fue incorporarlos de una manera entretenida. Con Nuna no se siente el sabor del garbanzo y para muchos niños es la única manera de consumirlos. Con esto vencemos los prejuicios”, explica.
La aventura de Carmen Gloria partió en forma casera, con el objetivo de crear snacks más saludables para sus hijos en edad escolar. Pero pronto comprendió que podía dar una solución a las personas con intolerancias alimentarias.
Dulces Sanos
“Finalmente las intolerancias alimentarias son enfermedades sociales, porque estas personas tienen que andar llevando su comida para todos lados, y así se genera un tipo de segregación. Entonces, con «Nuna» la idea es ayudar con estos alimentos ricos, saludables e inclusivos, que puedan ser compartidos por todos”, comenta.
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El resultado son dulces sin azúcar añadida, libres de gluten y de lácteos y bajos en sodio. Utiliza materias primas preferentemente chilenas, de alto valor nutricional y que son de consumo ancestral, incorporando además los beneficios de los frutos secos y frutas deshidratadas, y los huevos de “gallina feliz”.
Innovando en la cocina
Una materia prima favorita de Nuna es el Amaranto. “No es muy consumido en Chile, pero sí en otros países como Bolivia, Perú o México. Estamos utilizando un amaranto que se está produciendo en Peralillo en la Región de O’Higgins, porque hay que potenciar a los productores locales”, indica.
Además, endulzan con xilitol, que se extrae de un maíz que no es genéticamente modificado. “Su ventaja en relación con otros endulzantes presentes en el mercado es que tiene un sabor muy similar al azúcar, y no deja un gusto amargo como la stevia. Y a diferencia de la tagatosa, que se extrae de la leche, con el xilitol uno se asegura que no tenga ninguna traza de lácteo”, explica la emprendedora.
Ideal para los mañosos
Según la emprendedora, la idea también es sacarse de la cabeza el estigma de que los alimentos saludables son “comida para enfermos”.
Por eso apuesta a que sus productos puedan ser consumidos por todos. “Mi mayor satisfacción es cuando me cuentan que hicieron una celebración y en vez de tener comida especial para la abuelita diabética o para el niño intolerante a los lácteos, compran productos Nuna y todos comparten los mismos alimentos”, finaliza.