El tener la casa propia siempre es una meta a cumplir cuando ya se es profesional o se tiene familia. Claro que los precios actuales no hacen la tarea tan fácil y es por eso que surge la duda ¿comprar una casa nueva o usada?
PUBLICIDAD
Si se observan algunos datos del mercado del primer trimestre, llama la atención que mientras las ventas de viviendas sin estrenar cayeron 1,4% y tuvieron un alza en sus valores de 5,3%, según la Cámara Chilena de la Construcción, las usadas aumentaron su comercialización en 7% y sus precios aumentaron 3,6%, según un reporte de PortalInmobiliario.com.
Debido a los altos precios del mercado inmobiliario, “se ha popularizado la compra de propiedades en blanco y en verde, a plazo, para pagar el pie en cuotas”, señala Sergio Tricio, gerente general de Ruvix. Si hablamos de antiguas, a pesar de factores como eventuales arreglos “se puede lograr un ahorro de 15% a 20%”, añade.
Si es elige esta última opción, es clave precisamente considerar cuánto va a gastar en eventuales mejoras. “Es normal que la vivienda usada necesite ciertos arreglos, adecuación de algunos espacios y el cambio de materiales, por lo mismo siempre es importante determinar cuánto dinero implica esto y si vale la pena”, sostiene Nicolás Izquierdo, gerente de Estudios de Mercado Libre Clasificados. Para ello, lo mejor es estar “acompañado de algún experto en construcción, para determinar el monto de los arreglos”, acota Tricio.
Impuestos y garantías
Pero hay otros detalles legales y de impuestos que no puede dejar pasar. Cristián Lecaros, CEO de Portalinversionista.com hace mención por ejemplo al DFL2, inmuebles con un tamaño de hasta 140 m2 y que tienen beneficios tributarios, por ejemplo, en el pago de contribuciones.
El especialista remarca que este beneficio “está direccionado con la primera compra a una inmobiliaria, entonces puede ser que este beneficio no exista cuando se está comprando una propiedad usada”.
Izquierdo destaca, en cambio, que una ventaja de una casa o departamento usado “es que no se debe pagar IVA según se estableció en la Reforma Tributaria. En términos de inversión, en muchas ocasiones sale mejor comprar una vivienda usada y hacer los cambios que el comprador estime conveniente”, apunta.
PUBLICIDAD
Una ventaja de la vivienda nueva es poder a optar a las garantías legales: de 10 años en caso de daños a infraestructura, cinco años cuando son fallas de instalaciones o de tres años respecto de terminaciones. En ese sentido, Lecaros recomienda “la compra de una propiedad idealmente nueva y si no ‘semi’ nueva con máximo 3 años de uso”.
Ya para inmuebles más antiguos, Izquierdo recomienda “incluir dentro del contrato de compraventa o en la promesa, una resolución por posibles daños que se pueda encontrar el nuevo propietario una vez está instalado”.