Hace 50 años, la Casa Central de la Universidad Católica fue tomada y un lienzo adornó la fachada de la PUC. Chileno: El mercurio miente, fue el mensaje que en esa ocasión los estudiantes utilizaron para criticar al periódico chileno por los constantes ataque al movimiento estudiantil de la época. Hoy, la toma se repite pero bajo la consigna de la lucha feminista.
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La movilización del año 67′ se enmarcó dentro de las protestas pro reformas universitarias, con las que se esperaba lograr una mayor autonomía universitaria y más participación dentro de los planteles. En junio de 1967, los estudiantes de la PUC rechazaron la continuidad del rector Alfredo Silva Santiago por lo que en el mes de agosto decidieron tomarse la Casa Central.
La exigencia era la designación de un rector interino que organizara un claustro pleno para elegir un rector con la participación de los estudiantes. La toma logró la renuncia de Silva Santiago quien fuese remplazado por Fernando Castillo Velasco, para luego ser confirmado en el cargo por el Vaticano y los estudiantes.
A partir de entonces los alumnos comenzaron a participar con un 25 por ciento en los organismos colegiados universitarios. No obstante hubo una baja participación y los estudiantes reformistas fueron derrotados en las elecciones de la FEUC desde 1968 a 1973 por la lista de los candidatos del movimiento gremial representantes de una nueva derecha, según recopiló el sitio memoriachilena.cl
50 años después, una nueva toma simbólica volvió a ocurrir en la Universidad Católica. Cerca de 100 personas cerraron el portón con candados y colgaron lienzo feministas. Sin embargo, la paralización no duró más de 4 horas y no todos los alumnos se adhirieron a la protesta ingresando a la bilbioteca y otra salas de manera habitual.