Zyanya Estefanía Figueroa Becerril era una joven pediatra de tan solo 26 años. Ella se quitó la vida el pasado 16 de mayo en su departamento ubicado en la ciudad de Puebla, México.
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Trabajaba en el Hospital del Niño Poblano, y con una desgarradora carta se despidió de sus papás. Al hacer las investigaciones adecuadas descubrieron gracias a los testimonios de sus compañeros que ella sufría de acoso labora.
Sus amigos cercanos y testigos del hospital creen que esa fue la razón que la llevó a colgarse de un tubo de su bañera. Aunque en su carta de despedida no habló del acoso que sufría solo de su suerte sentimiento de impotencia e inseguridad.
Mamá y pápá:
Perdónenme!!
Quiero que entiendan que ustedes no tuvieron la culpa de nada, al contrario… Les agradezco por apoyarme y aguantarme tanto. Ustedes eran mi único motivo para seguir adelante pero hoy ya no tengo las fuerzas para seguir, ya no sé estar aquí, estoy cansada de vivir y fingir que estoy bien, lamento no haber sido lo que ustedes merecían.
Nunca fui buena hija, ni buena hermana, ni buena amiga y mucho menos buena en el hospital. Ahí ni yo misma confiaba en mí y ni se imaginan el pánico que sentía al estar frente a un paciente. Soy un fracaso. Y ya no le encuentro ningún sentido a mi vida, simplemente siento que la vida no es para mí y me da miedo seguir.
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Sólo espero que algún día me perdonen y que sigan adelante.
Los amo con todo mi corazón”.
Graves acusaciones salieron
Sus compañeros de trabajo acusaron al Hospital del Niño Poblano por el acoso continúo de los médicos superiores al personal de nuevo ingreso. El portal Página negra aseguró que esto ha costado renuncias y ahora el suicido de Zyanya.
“No es el único caso. Han hecho renunciar a dos médicos más. Éramos 18 y en menos de un año dos renunciaron y Zyanya se suicidó. Creemos que no es normal. Y en el hospital parece que no les importa. No van a hacer nada”, aseguraron médicos.
Asimismo, los internistas continuaron al sentirse indignados ante el caso de la jovencita.
“El acoso es sistemático, es una costumbre en este hospital y todos. Desde que llegas te avisan que así los han tratado a ellos y que incluso les iba peor. Acá los médicos superiores que ahora son ya prácticamente pediatras formados, o R3, el grado mayor, te tratan con la punta del pie. Te gritan que sin ellos mataríamos niños, que qué vamos a hacer cuando no estén ellos. Son jornadas largas de trabajo, te castigan cuando quieren y puedes estar hasta 36 horas diarias”, afirman.
Mientras tanto el Hospital niega las acusaciones realizadas y mandó el pésame a la familia de la joven.