La asociación ya ha reunido a los nominados de 2018 para llevarse el premio a la fotografía más graciosa del mundo salvaje.
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Según señalan en su página web, los premios buscan fotografías nuevas, dinámicas, graciosas y, en definitiva, ‘épicas’, protagonizadas por animales salvajes. Lo cierto es que los fotógrafos han cumplido con creces las expectativas de los premios: hemos visto desde un conejo aparentamente avergonzado por salir en una foto, hasta unos osos polares que parecen estar bailando un vals.
Hasta el 30 de junio se pueden enviar fotografías para competir en las categorías: sobre tierra, bajo el océano, en el aire, entre otras, y recién a fin de año se conocerán a los ganadores.
Las bases aclaran que al igual que en las ediciones anteriores “no se permiten imágenes de animales domésticos ni en zoológicos o cualquier otro entorno de cautividad”.
Según explican los organizadores, el objetivo de la convocatoria va más allá de hacer reír sanamente al público: se trata de concienciar a la sociedad sobre el valor de los animales salvajes y la libertad de la que merecen disfrutar.
El ganador de este concurso no recibe un premio en metálico, sino la oportunidad de hacer un safari por la reserva natural Masái Mara de Kenia, y una estatuilla creada por la entidad que los organizadores apadrinan: un hogar para niños discapacitados en Tanzania.
Aquí alguna de las imágenes candidatas:
