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Desde “colgar sacerdotes” a quitarle la nacionalidad a Ezzati: la ola anticatólica que se vislumbra en Chile

El alcalde de Macul, Gonzalo Montoya (IND) propuso cambiarle el nombre a una plaza que recordaba a un sacerdote. El sociólogo Humberto Lagos enciende las alertas.

Con una tétrica imagen se toparon los automovilistas que este lunes transitaron por el borde del puente Condell de Providencia: tres muñecos que simulaban ser cardinales aparecieron colgados con un lienzo que decía «cura abusador, a la horca por traidor».

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La intervención, atribuida a la agrupación Movimiento Social Patriótico (MSP) de Santiago, es una señal de una «ola anticatólica» que comienza a vivirse en Chile, todo a causa de la revelación de casos de abuso sexual a menores y encubrimiento que se han conocido durante este último tiempo.

Cambio de nombre a una plaza

Sin ir más lejos, el viernes pasado la página web del Arzobispado de Santiago publicó el nombre de seis sacerdotes que fueron condenados por la Justicia canónica por abusos sexuales. Ahí figuraba el nombre de Luis Morel Gumicio, quien «terminó con la suspensión del ministerio por decreto del Arzobispo», según indica el sitio, cuestión que habría ejecutado en 2015. «Al poco tiempo, falleció», precisan desde el sitio.

Tal información fue suficiente para el alcalde de Macul, Gonzalo Montoya (IND) de anunciar el cambio de nombre de la Plaza Luis Morel Gumicio, que había sido nombrada en honor al párroco tras su fallecimiento por la administración anterior.

«Nos enteramos que el sacerdote fue condenado canónicamente por abusos sexuales. Durante estos últimos años como municipio hemos impulsado muchas políticas para fortalecer la infancia. De hecho fuimos la primera comuna en crear una unidad contra el abuso sexual infantil. Por lo tanto creemos que no hay espacio para este tipo de situaciones, que es tener el nombre de una plaza con alguien así», indicó a Publimetro la autoridad municipal sobre esta idea.

Afirma que esta acción no se compara con la intervención en el «puente de los candados» de Providencia, pero aún así reconoce que hay un ambiente crítico contra la Iglesia.

«La Iglesia ha actuado erróneamente. Yo felicito lo que ha pasado con el Papa y la invitación que hizo a las víctimas de Karadima, pero aquí tenemos que evaluar lo que esta pasando más a fondo. Nosotros como Municipio estamos muy relacionados con organizaciones civiles como la Iglesia y por eso tenemos que seguir un trabajo colaborativo. Uno de eso es no permitir que a estos abusadores se le haga homenajes como una plaza», indica el alclade Montoya.

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Quitarle la nacionalidad a Ezzati

No es todo. En el Congreso las senadoras Ximena Rincón (DC) y Adriana Muñoz (PPD) presentaron formalmente el proyecto que busca quitarle la nacionalidad por gracia al cardenal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. El proyecto también contaría con un amplio respaldo de parlamentarios del Frente Amplio e incluso de rostros del Partido Socialista como Juan Luis Castro.

La moción busca revertir la Ley 20.100 que hizo que el sacerdote de origen italiano se convirtiera también en chileno y en la web ya cuenta con más de 8 mil firmantes.

Para el doctor en sociología Humberto Lagos, el ambiente se da porque «esta es la crisis más impactante de la Iglesia en Chile en toda la historia».

Es más, llamaría a poner la atención en las actividades que se provoquen pues incluso se podría llegar a la violencia. «Uno puede esperar múltiples reacciones de fieles porque hay quienes se sienten traicionados por la actitud de algunos sacerdotes y han afectado de manera grave a sus obligaciones espirituales», señala a Publimetro.

Atención a la violencia

Agrega que «la violencia que se puede generar no sólo tiene que ver con quienes invisten el poder sino que también con templos y objetos de carácter religioso como las cruces u otros elementos. Eso podría ser blanco de reacciones de grupos radicalizados que tampoco son buenos».

Pese a ello, destaca que la merma más importante es la de fieles. «Es en la práctica real de las ceremonias que son propias de la Iglesia Católica las que van a ver disminución de fieles, por una especie de castigo de quienes se sienten desamparados por la falla de obispos y sacerdotes».

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