Esta mañana se comunicó que el Papa Francisco habría aceptado la renuncia de tres obispos chilenos, entre ellos Juan Barros, ahora ex Obispo de la Diócesis de Osorno.
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Una serie de polémicas habrían rodeado a la ex autoridad eclesiástica, quien habría sido cuestionado por encubrir, supuestamente, abusos en el caso Karadima. Interrupciones masivas a misas y otras manifestaciones, se realizaron para pedir su renuncia. La mayoría apoyadas por laicos de dicha ciudad y víctimas de Karadima.
A través de una carta, enviada por el equipo de comunicaciones de la Diócesis en cuestión, el ex Obispo dirigió a la comunidad sus últimas palabras en el cargo.
Dejamos el texto a continuación:
«Hoy se ha comunicado oficialmente que el Santo Padre ha aceptado mi renuncia al gobierno pastoral de la Diócesis de Osorno. Como es de conocimiento público, en ocasiones anteriores ya había puesto en sus manos esta misión encomendada».
«Nuevamente expreso mi gratitud al Papa Francisco por su viva y paternal preocupación para el bien de todos. Con espíritu de fe veo en sus decisiones los caminos de Dios, su Divina Providencia nos va conduciendo para nuestro mayor bien», continúa Barros.
También señaló que «a la Diócesis de Osorno le deseo lo mejor en su peregrinación hacia la plenitud cristiana. He rezado mucho por esto y traté de colaborar en ello estos años que fui destinado a este servicio pastoral».
«Agradezco a todos quienes con fe me recibieron, me acompañaron generosamente, trabajaron con amor por su Iglesia. Agradezco a muchas personas y comunidades que han rezado y también ofrecido sus dolores conmigo en este tiempo, en la esperanza de ‘que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman’ (Romanos 8,28). A los más pobres y quienes más sufren les envío un especial abrazo, pidiéndoles que no dejen de orar por mí», señalaba en el texto.
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Pedir perdón
En el texto, también dedicó un espacio para pedir perdón. «Les pido con humildad que me disculpen por mis limitaciones y lo que no pude lograr; el Padre misericordioso del cielo nos ayude a todos para mejorar, para amar en todo. Nuestras vidas están en las manos de Dios que conoce nuestras conciencias y las acciones de cada uno en este complejo tiempo que nos tocó
vivir».
«A mi querida familia y buenos amigos que me acompañan espiritualmente y estimulan, les encomiendo especialmente a la recompensa eterna de Dios. Sigamos confiando el presente y futuro a su infinito Amor», continúa la carta donde finalmente concluye solicitando a la Virgen que le ayude a «resplandecer toda la verdad».
«Renuevo mi confianza en el amparo y guía de nuestra Santísima Madre la Virgen María, pidiéndole especialmente que algún día llegue a resplandecer toda la verdad», señaló el ahora ex Obispo de Osorno.