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¿Diosito les quitará años? Ateos vivirían menos que las personas creyentes

La afiliación religiosa influye tanto como el sexo de la persona y su estado civil según un estudio reciente desarrollado por la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.

Al parecer, ser ateo acorta la vida, según los resultados de un estudio reciente desarrollado por la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.

Para llegar a esta conclusión, investigadores de la citada institución analizaron más de mil esquelas publicadas en EU, analizaron la vida de esas personas y contrastaron datos como si estaba casada, o su sexo, ya que son factores que influyen en la longevidad.

La investigación tenía como objetivo conocer si las creencias religiosas influyen en la edad a la que muere una persona. Primero se analizaron más de 500 obituarios en el periódico «Des Moines Registrer», local en Iowa, entre enero y febrero de 2012. Los investigadores documentaron la edad, sexo, estado civil, social, y actividades voluntarias, además de si la persona fallecida era creyente de alguna religión o no.

Los datos recopilados arrojaron como resultado que las personas con una afiliación religiosa vivían 9.45 años más que los que no lo hicieron, una cifra que se redujo a 6.48 años teniendo en cuenta el sexo y el estado civil.

Pero los investigadores no se quedaron ahí. Realizaron un segundo estudio considerando más de mil obituarios en 42 ciudades estadounidenses, los cuales fueron publicados en sitios web de periódicos. Descubrieron que las personas que incluyeron su afiliación religiosa en su esquela vivían un promedio de 5.64 años más que los que no lo hicieron. La media se situó en 3.82 años cuando tuvieron en cuenta el matrimonio.

Inexplicables beneficios de la asociación religiosa

«La afiliación religiosa tuvo un efecto casi tan fuerte sobre la longevidad como el género», asegura Laura Wallace, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad Estatal de Ohio y autora principal de esta investigación que publica la revista «Social Psychological and Personality Science» y de la que se han hecho eco medios británicos y estadounidenses.

«Todavía hay muchos beneficios de la afiliación religiosa que no se pueden explicar», asegura Wallace. Es más, la investigadora apunta a que la relación entre creencias y longevidad también puede depender de lo religiosa que sea la ciudad en la que vive. «Los efectos positivos para la salud de la religión se extienden a los no religiosos en algunas situaciones específicas, como en ciudades altamente religiosas que no están demasiado preocupadas por que todos cumplan con las mismas normas. En esas áreas, las personas no religiosas tienden a vivir tanto como las personas religiosas».

 

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