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El derechista Iván Duque se impone como el nuevo presidente de Colombia

El derechista Iván Duque ganó el domingo la Presidencia de Colombia al vencer en un balotaje al candidato de izquierda Gustavo Petro, un triunfo que le abre el camino para reformar el acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC, pero provoca dudas sobre el futuro de la reinserción de miles de excombatientes.

Resultados preliminares en Colombia indican que Iván Duque, un joven conservador cuyo mentor es el poderoso ex presidente Álvaro Uribe será el próximo presidente del país.

Con el 96% de las mesas escrutadas, Duque logró el 54% de los votos, lo que perfila una victoria sobre el ex guerrillero izquierdista Gustavo Petro, que tiene 41%, en una elección combativa que dividió a muchos colombianos.

El candidato de 41 años lideró una nación que actualmente implementa un complejo y frágil proceso de paz con la guerrilla desmovilizada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) luego de cinco décadas de guerra.

El antiguo senador prometió cambiar algunas partes del acuerdo de paz, pero sin «hacerlo trizas». Duque subió en las encuestas en gran parte gracias al apoyo de Uribe, un ex presidente que es admirado y detestado en Colombia. Sus críticos se preguntan qué tanta influencia tiene el ex presidente sobre su delfín político.

La primera elección presidencial desde la firma del acuerdo de paz de 2016 ha polarizado a los votantes y dividido a familias. Duque ganó la primera ronda que se realizó en mayo al superar un Petro por 14 puntos porcentuales, pero se mantuvo corto de la cantidad necesaria para evitar una segunda vuelta. Las encuestas recientes indican que Duque sigue teniendo una ventaja decisiva, pero también señaló que la brecha entre ambos se redujo a los últimos días de campaña.

Petro votó el domingo por la mañana en un barrio obrero de Bogotá. Decenas de sus seguidores coreaban su nombre y se codeaban para tomar fotos del candidato, quien describió la jornada como un día histórico.

«La necesidad de cambiar las cosas es fundamental», dijo el candidato de izquierda, que votó con su hija de nueve años.

Duque también votó de su familia pero hizo varios kilómetros de Petro en una zona de clase media de Bogotá.

«Venimos a ratificar que queremos un país de emprendimiento … donde haya microempresas, pequeñas, medianas y grandes empresas que generen empleo de calidad», dijo el candidato conservador.

Duque, quien tiene tres hijos, es pupilo del poderoso expresidente Álvaro Uribe, uno de los líderes más admirados y la vez aborrecidos de la historia reciente en Colombia.

Casi un punto de cumplir 42 años, es el presidente más joven en Colombia en más de un siglo. Sus críticos ven con el hecho de que su experiencia limitada podría dejarlo depender de Uribe, quien es el líder de la bancada de su partido en el Senado.

Aunque millones de colombianos elogian a Uribe, otros sostienen que su presidencia fue empañada por las leyes de los derechos humanos. Si bien lo consiguieron, la Federación Colombiana y los grupos ilegales armados, el gobierno en una época en la que militares militares mataron a miles de civiles y se ocultaron a los cadáveres como si fueran rebeldes para inflar el total de muertos a cambio de vacaciones y bonos salariales.

Muchos votantes dicen que la estrecha relación de Duque con Uribe los impulsó a votar por Petro.

«Yo me opongo a cualquier proyecto liderado por Uribe», dijo Amalia Andrade, una escritora bogotana que ejerció su voto el domingo. Andrade había apoyado a otro candidato en la primera vuelta de las elecciones, pero el domingo votó por Petro bajo el argumento de que Colombia ya no tiene que ser gobernado por «las mismas oligarquías de siempre».

Petro, exintegrante de la guerrilla M-19 que firmó el acuerdo de paz con el gobierno en 1990, promete reformar el modelo económico de Colombia. Quiere que el país deje de depender de las exportaciones de combustibles fósiles y su vez aumentar la producción agrícola subiendo los impuestos sobre terrenos inactivos o dándoselos a campesinos pobres si los dueños se venden al Estado. Sin embargo, en algunos casos se ha despertado desconfianza y se ha convertido en Colombia en «otra Venezuela».

«Es un lobo vestido de oveja», dijo Francine Howard, una asesora de seguros que votó por Duque.

Felipe Ramírez, un veterinario de 29 años que aspira a tener su propia empresa, salió de su centro de votación en Bogotá con una bandera de Colombia. Dijo que simpatiza con Duque por su propuesta de reducir los impuestos a las pequeñas y medianas empresas para generar más empleo, pero también está seguro de que está de acuerdo con los cambios que hacen las veces de acuerdo al acuerdo de paz.

«Los (ex) guerrilleros van a recibir diez curules en el Congreso sin haber reparado las víctimas o sin haber enterado información sobre rutas del narcotráfico», aseguró. «Eso es un mal ejemplo porque hay otras bandas criminales que van a querer el mismo trato».

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