China amenazó este martes con tomar “medidas exhaustivas” en represalia por el nuevo aumento de aranceles del presidente Donald Trump, con la posibilidad de que el blanco sean las operaciones de empresas estadounidenses.
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El anuncio de Trump generó temores de que las pérdidas económicas, limitadas hasta el momento a las empresas afectadas por los aumentos de aranceles estadounidenses o chinos, puedan extenderse si la disputa enfría el comercio global.
Los precios de las acciones en el mundo cayeron tras el anuncio de Trump. El índice referente de China bajó 3,8% y el de Hong Kong 2,8%. En Europa, el principal índice alemán cayó 1,3% y el de Francia 1,1%.
El ministerio de Comercio calificó de extorsivo el decreto de Trump de nuevos aranceles sobre bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares. Dijo que Beijing estaba preparado para “defender los intereses del pueblo y las empresas chinas”.
Si se aplica el aumento de aranceles, “China deberá tomar medidas exhaustivas que combinen cantidad y calidad”, dijo el comunicado.
No entró en detalles, pero la desequilibrada balanza comercial de China con Estados Unidos significa que Beijing no importa suficientes bienes estadounidenses para cumplir su estrategia de igualar la magnitud de los aumentos de Trump.
Estados Unidos anunció el viernes un arancel del 25% sobre bienes chinos por valor de 34.000 millones de dólares, y China respondió con una medida similar. Pero las importaciones de bienes estadounidenses por China totalizaron 153.900 millones de dólares el año pasado. Eso significa que quedan 120.000 millones de dólares para un aumento de aranceles, lo cual no alcanza el blanco de Trump de 200.000 millones.
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La mención de las “medidas exhaustivas” indica que Beijing podría ir más allá de los aranceles, según Jake Parker, vicepresidente para operaciones con China del Consejo Comercial EEUU-China. Se preguntó si eso podría incluir la demora o denegación de licencias que necesitan las empresas estadounidenses, lo cual “parece abrir un nuevo frente”.
La economía fuertemente regulada de China brinda a las autoridades la oportunidad de paralizar las empresas con investigaciones impositivas, antimonopólicas y de otro tipo.
“China podría atacar a las empresas estadounidenses mediante políticas impositivas y regulatorias”, dijo Citigroup en un informe.