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Así funciona el lado más cruel de Trump: la repulsiva ley que separa a los niños de sus padres

El gobierno de Trump quiere procesar criminalmente al máximo de indocumentados y, de esta manera, separar a los padres de sus hijos cuando son arrestados

Hay quienes consideran que la separación de familias actualmente realizada en la frontera de Estados Unidos es un fenómeno sin precedente. Pero en realidad, a lo largo de su historia, las autoridades estadounidenses han dividido familias, han detenido a menores de edad o han permitido a otros hacerlo.

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El gobierno de George W. Bush lo hizo desde 2001 y hasta que se empezaron a construir los primeros centros de detención familiar en 2005”.Sin embargo, a base de memorándums, el gobierno de Barack Obama apostó por mantener unido a como mínimo un progenitor (normalmente a la madre) con los hijos, ya fuera en centros de detención de ICE o en libertad mientras seguían su proceso de deportación. La administración demócrata tampoco puso como prioridad llevarlos en las cortes de justicia, según explicó a Univision Noticias el director del Migration Policy Institute, Muzaffar Chishti.

LA POLÍTICA DE TOLERANCIA CERO DE TRUMP

 Separarlos era minoritario hasta que llegó la política de ‘tolerancia cero’ del gobierno de Trump  con la que se pretende procesar criminalmente al máximo de inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera. Y es en esos casos que familias son separadas: los adultos son enviados a las cortes de justicia y los niños, transferidos a albergues del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Todos inician así procesos de deportación.

“Si traficas a un niño, te procesaremos. Y ese niño podría ser separado de ti, como es mandado por ley”,  señala Jeff Sessions.

Los adultos pasan a manos de los US Marshalls antes de ir a la corte federal, donde enfrentan una pena máxima de cárcel de seis meses si es la primera vez que son detenidos al cruzar. Los hijos siguen otro camino.

Según la Prensa Asociada, citando cifras del Departamento de Seguridad Interna, entre el 19 de abril y el 31 de mayo, 1,995 niños fueron separados de 1,940 adultos. La política de cero tolerancia fue anunciada por Sessions en abril, pero aparentemente venía aplicándose a menor escala desde el año pasado.

POR QUÉ 

Quieren disuadir al creciente número de inmigrantes que cruzan por el río o el desierto de manera clandestina: La administración Trump no esconde su preocupación y habla de una “crisis de seguridad”.

QUÉ PASA CON LOS NIÑOS SEPARADOS 

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El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) se encarga de los menores que son separados de sus padres al cruzar ilegalmente la frontera. Siguen el mismo camino que los menores que llegan solos.

En un plazo de 72 horas después de su arresto, los jóvenes deben ser transferidos a un albergue bajo la supervisión del HHS y, de ser posible, deben ser puestos bajo la custodia de un familiar mientras esperan para comparecer ante un juez de migración.

Pero, cuando el Departamento de Seguridad Nacional transfiere a estos menores al de Salud, no revela si los niños llegaron solos o fueron separados de sus padres.

Naciones Unidas, algunos legisladores demócratas y republicanos y grupos religiosos han criticado profundamente la política, calificándola como inhumana.

LOS NIÑOS ESTÁN HISTÉRICOS 

Lo que ves y oyes es desgarrador. Un niño grita, “¡Papá, papá!”, a su padre, del cual lo separaron. Los pequeños son colocados en jaulas de vallas metálicas en una bodega en Texas, mientras los padres imploran saber qué sucederá con sus niños.

Los funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump han enviado bebés y otros infantes que fueron separados a la fuerza de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos a por lo menos tres albergues especializados en el sur de Texas, de acuerdo con información obtenida por The Associated Press. Y los abogados y médicos que han visitado estas instalaciones en el valle de Río Grande comentaron que hay salas de juegos con niños pequeños llorando y en crisis.

A nivel práctico, la política de tolerancia cero ha sobrepasado a la agencia federal encargada de atender a los niños que entran de forma ilegal al país, que tienden a ser mucho más jóvenes que los adolescentes que llegaban antes. De hecho algunos de los detenidos son infantes a los que se separa de sus madres.

Los médicos y abogados que han visitado los albergues dijeron que las instalaciones están en buenas condiciones, limpias y que son seguras, pero indicaron que los niños, quienes no tienen idea de dónde están sus padres, estaban histéricos, llorando y actuando para tratar de expresar sus emociones.

“Los albergues no son el problema, separar a los niños de sus padres es el problema”, dijo la pediatra Marsha Griffin del sur de Texas, quien ha visitado varios albergues.

“Su miedo genera un torrente de hormonas del estrés que altera los circuitos neuronales del cerebro, crea altos niveles de ansiedad, los hace susceptibles a enfermedades físicas y emocionales, y daña su capacidad para manejar sus emociones, para confiar en la gente y para concentrarse en actividades propias de su edad”, agregó.

“En su mayoría, las instalaciones que tienen no están autorizadas para niños tan pequeños”, dijo Michelle Brane, responsables de derechos de los migrantes en la Women’s Refugee Commission, quien se encontró con una niña de cuatro años con pañales en un centro de McAllen donde la patrulla fronteriza aloja temporalmente a las familias migrantes. “No hay un modelo para cómo alojar a montones de niños pequeños en catres en nuestro país. No tenemos orfanatos y nuestro sistema de protección de menores ha reconocido que esta es una solución inapropiada para los infantes”.

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