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La inauguración estaba fijada para el jueves pero fue diferida tras las críticas que ha despertado. El Ministerio de la Presidencia dijo en un comunicado que la recepción es “provisional”.
El rascacielos sobresale entre las pocas casonas coloniales que quedan en el centro histórico de La Paz detrás del actual palacio colonial que cobijó a los presidentes desde fines del siglo XIX. Las palomas vuelan por debajo del piso 26 adonde Morales mudará su despacho y desde cuyos ventanales blindados se ven de fondo los barrios pobres apiñados en las laderas que circundan la ciudad.
Bautizada como “Casa del Pueblo”, diversos sectores han cuestionado el despilfarro y la oposición prefiere llamarla “palacio de Evo”. “Es una expresión de irresponsabilidad frente a la contracción económica y de desubicación con la realidad del país”, dijo a The Associated Press el analista y escritor José Rafael Vilar.
Agregó que “no es novedad que líderes populistas y caudillistas necesiten postergarse en monumentos faraónicos en su deseo de magnificarse y eternizarse”.
Nacido en una choza de adobe, sin agua ni electricidad, el primer presidente indígena de Bolivia ascendió al poder en 2006 como una fuerza renovadora tras el derrumbe de los partidos tradicionales que se hundieron en escándalos y corrupción.
Pero luego de más de 12 años en el poder esos mismos males están minando la popularidad de Morales a un año y medio de las elecciones, según analistas y encuestas recientes.
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“No es un lujo, es para servir mejor al pueblo. El actual palacio me parecía una ratonera”, dijo Morales en 2014 cuando inició la construcción.
El año pasado el mandatario inauguró un museo que recoge su propio legado en su aldea natal de Orinoca. La suntuosa edificación desentona entre las casas pobres del altiplano árido en el occidente del país. En uno de los salones destaca la camiseta de la selección argentina que Lionel Messi le regaló a Morales.
Tras ganar con 54% de los votos en 2005 Morales obtuvo las más altas votaciones históricas hasta lograr un 67% en un referendo en 2008 mientras el país vivía una bonanza nunca vista por los altos precios de las materias primas. Pero la pobreza aún castiga a un 40% de la población.
Desde 2014 el gobernante Movimiento al Socialismo ha sufrido sucesivas derrotas en comicios regionales, incluido un referendo en 2016 que rechazó la pretensión de Morales de modificar la constitución para habilitarse a un cuarto mandato, recordó Vilar.
No obstante, el mandatario logró que un tribunal lo habilitara para postularse en noviembre de 2019 mientras crecen las voces que piden respeto al voto popular.
Las denuncias de corrupción han mermado la popularidad de Morales. Una encuesta de junio le da un 25% de intención de voto.
“A la oficina se va a trabajar, la piscina y el sauna son para el fin de semana”, cuestionó el gobernador de La Paz, el opositor Félix Patzi, a propósito del nuevo palacio. Sólo tendrá “un lugar de descanso para tomarse un respiro de su agitada agenda”, justificó el ministro de Defensa Javier Zabaleta.
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Como presidente Morales tiene una residencia oficial que ha sido remodelada en los años 90.
Algunos materiales para el nuevo palacio han sido importados de Alemania, Estados Unidos y China. El mandatario ocupará dos pisos de 1.068 metros cuadrados en total y tendrá un ascensor exclusivo. La torre cuenta además con un auditorio para 1.000 personas.
El ex presidente e historiador Carlos Mesa dijo que la obra también “dañó la imagen urbano-arquitectónica de la sede de gobierno (La Paz) a nombre de la modernidad”, mientras que el principal líder opositor, Samuel Doria Medina, propuso que el edificio de 120 metros de alto sea convertido en un hospital para salvar el déficit de los servicios públicos de salud.