Las denominadas Casas de la Diversidad y el Orgullo no abrieron sus puertas durante la Copa del Mundo en el país anfitrión para proporcionar un entorno tolerante para que los aficionados al fútbol gays y no blancos, pudieran observar los partidos. Los propietarios del edificio en San Petersburgo, por ejemplo, dijeron a la red internacional Fútbol contra el Racismo en Europa, que estaba detrás de la iniciativa de crear tales espacios, que estaban cancelando sus días de cooperación en vísperas de la inauguración. Ya se afirmaba que esa decisión tenía motivaciones políticas. Nikolay Alexeyev, activista y abogado ruso de los derechos LGBT, dio a Metro su visión de la situación con la comunidad en el país.
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P: Estabas trabajando para abrir Casas de la Diversidad durante la Copa Mundial.
–Sí, estábamos intentando registrar una dirección legal para abrir «Pride Houses», lo mismo que hicimos durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi. Sin embargo, fuimos rechazados en San Petersburgo, Ekaterimburgo y Moscú. Ahora estamos planeando presentar una demanda en su contra.
P: Cuéntanos más sobre las Casas de la Diversidad.
–No es una idea nueva. Estos espacios se abrieron durante los Mundiales anteriores en los países anfitriones. Es un lugar para luchar contra el racismo en el fútbol. Incluso creo que la FIFA podría hacer del «no a la homofobia» un lema del torneo que se celebrará en 2026 en Canadá, México y Estados Unidos. La apertura de estas casas fomenta la tolerancia hacia las minorías y el debate sobre los derechos humanos, no sólo en el deporte.
P: ¿Hay formas no oficiales de abrirlas?
–Hay diferentes medidas de seguridad durante el torneo. No tengo ni idea de lo realista que sería. Podría interpretarse como una provocación.
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P: ¿Están planeando alguna protesta LGBT?
–Si salimos a la calle con una bandera Arco Iris, nos llevarán a la cárcel. Es por eso que estoy tratando de hacer un evento legal desde hace ya quince años, pero siempre me rechazan por diferentes razones. Tratamos de hacerlo extraoficialmente y fui arrestado, golpeado, pagué multas y pasé tiempo en prisión. Así que, prefiero usar métodos legales ahora.
P: ¿No crees que los aficionados internacionales te apoyarán?
–Será imposible hacer una acción masiva de todos modos. Si anunciamos que algo va a pasar, por ejemplo, en Moscú, cerrarán el centro y parecerá una «operación especial». No sé si alguien querría que esto ocurriera, así que no tiene mucho sentido.
P: ¿La FIFA les ayuda de alguna manera?
–Solicitamos al gobierno local que nos permitiera ser anfitriones de una reunión para convocar a la FIFA a fin de iniciar la batalla contra la homofobia y fuimos rechazados debido a la ley rusa de propaganda gay. Por lo tanto, cualquier intención de expresar nuestra opinión es reprimida. Por cierto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya ha declarado que esta ley viola el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, pero sigue utilizándose y aplicándose aquí.
P: Entonces, ¿no logró establecer ningún contacto con el organismo internacional de fútbol?
–No. No veo ningún deseo de abordar el problema globalmente. Es posible hacerles hacer una declaración de que están en contra de la homofobia, pero no habrá ninguna acción real para tratarla dentro de la Copa del Mundo aquí. Pero creo que si el torneo hubiera tenido lugar en un país europeo tolerante con la comunidad LGBT, podría haber sido diferente.
P: ¿La comunidad LGBT está viva o muerta en Rusia?
–Si comparamos la situación actual con la de hace 10 años, está muerta. La actividad ha bajado, hay una situación de apatía en la sociedad local, porque la gente esperaba algunos cambios políticos que no ocurrieron. También perdimos muchos seguidores, ya que huyen del país para vivir en otros lugares. Pero estamos haciendo mucho trabajo legal, que también es muy importante.
Primer arresto en la Copa del Mundo
Horas antes de que comenzara el torneo en Rusia, el activista británico por los derechos de los homosexuales Peter Tatchell fue arrestado por realizar una protesta unipersonal contra la represión de los derechos LGBT en el país. El hombre de 66 años sostenía un cartel que decía: «Putin no actúa contra la tortura de los homosexuales en Chechenia» cerca de la Plaza Roja en el centro de Moscú. Tras una discusión sobre la legalidad de la acción, el activista fue escoltado a un coche de policía y posteriormente los agentes le ordenaron comparecer ante el tribunal el 26 de junio. Sin embargo, Tatchell declaró que estaba planeando dejar el país antes de la audiencia.
