El pasado 18 de junio la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la Clasificación Internacional de Enfermedades y agregó a la «Adicción a los videojuegos» como un trastorno mental.
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Describen la condición como «una adicción persistente o repetida a los juegos online u offline» y definen tres conductas características del adicto. La primera señala que “el videojugador pierde el control sobre la frecuencia, intensidad y duración de la actividad”.
¿Cuántas horas hay que jugar?
Según un estudio de la Universidad de Oxford que los niños y adolescentes juguen videojuegos entre 1 a 2 horas diarias no es dañino. Pero si es por más horas y afecta sus actividades cotidianas, si se estaría frente a un trastorno. John Paul Howard, director del área gaming y eSports de Furia, señaló a Publimetro que se debe ser cuidadoso al interpretar este punto.
«Hoy existen equipos profesionales de videojugadores que, al igual que un futbolista, entrenan entre 7 a 8 horas diarias. Pero ellos cuentan con psicólogos, nutricionistas e incluso médicos que se preocupan de su salud, como cualquier deportista». Por ejemplo, el Club deportivo Universidad Católica de nuestro país ya cuenta con su equipo oficial de eSports para el juego «League of Legends».
Dejar de comer y dormir
Ahí es importante tomar en consideración el segundo punto que señala la OMS: la otra conducta de alerta es cuando «los videojuegos pasan a tener prioridad sobre otros intereses de la vida y actividades diarias».
En este punto, un videojugador adicto puede: dejar de comer y dormir, gastar su dinero sólo en videojuegos o preferir jugar en línea antes que reunirse con sus amigos. En este aspecto, Howard señala que, como toda adicción, el problema es el abuso.
Jugar online y conocer personas
“Los juegos online terminaron con el jugador solitario. Si bien, antes podías jugar con personas en tu casa, habían quienes no tenían con quien. Jugar online no sólo permite compartir a través de la pantalla, en muchos casos ha servido para coordinarse y conocerse en persona”, explicó.
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Para el especialista, jugar online además podría servir como un mecanismo de fiscalización para detectar a los adictos. “Quienes organizan las partidas pueden saber cuántas horas online lleva un jugador. Creo que sería importante que, en los casos que haya abuso, exista alguna suerte de guía para saber cómo apoyarlos”, añadió.
Sólo un 2% a 3%
El tercer comportamiento definido por la OMS para detectar a un adicto es “cuando la conducta se mantiene en el tiempo, pese a las consecuencias negativas que trae”. El director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena, ha señalado que el hecho de jugar a un videojuego no es nocivo por sí mismo, al igual que tampoco lo es ingerir alcohol.
«Si la persona que juega lo hace sin parar y deja de salir con sus amigos, se aísla, no estudia, no duerme y solo quiere jugar, son signos de alerta de que podría tener un comportamiento adictivo y que tiene que buscar ayuda», advirtió. La OMS estima que sólo entre un 2% y un 3% de las personas que juegan a videojuegos tienen un comportamiento abusivo.