Meghan Markle se ha adaptado perfectamente a la familia real desde el momento en que comenzó a salir con el príncipe Harry, desde vincularse con los corgis de la Reina hasta obtener una invitación temprana para pasar la Navidad en Sandringham con los Windsor.
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Desde que se convirtió en miembro de la realeza, Meghan ha realizado algunos cambios notables, eliminando sus páginas de redes sociales, usando medias para compromisos públicos, cambiando su letra y haciendo una reverencia tanto a la duquesa de Cambridge como a la reina Isabel en forma regular.
Con su primera gira real a la vista, Meghan ahora tiene una lista de reglas de viaje reales para agregar a sus lecciones de princesa, y sorprendentemente, se trata de dieta. Se dice que a la familia real se le prohíbe comer mariscos mientras está en el extranjero, algo que Meghan ahora tendrá que seguir cuando asuma sus deberes reales.
Sin embargo, estos requisitos dietéticos no tienen nada que ver con el peso o la apariencia, sino que se imponen para garantizar que la familia real se mantenga saludable, evitando los riesgos de intoxicación alimentaria que conlleva. De hecho, también se dice que las raras carnes y agua del grifo de países extranjeros están prohibidas por la misma razón.
Con su apretada agenda, especialmente cuando están de gira, la intoxicación alimentaria puede causar grandes interrupciones por lo que se les aconseja no arriesgarse.
Aunque no es una regla, también se dice que la familia real modera su consumo de ajo y cebolla, por la sencilla razón de que su trabajo implica una gran cantidad de «reuniones y saludos». Si bien la reina Isabel se atiene a todas estas reglas, la generación más joven sí rompe algunas. Se lo toman a la ligera.