Nahir Galarza, la joven argentina acusada de asesinar de dos disparos a su «ex» pareja, Fernando Pastorizzo (20), declaró este lunes y por primera vez ante la justicia, para así intentar explicar su versión de los hechos ocurridos durante la madrugada del pasado 29 de diciembre.
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Luego de más de cinco meses tras las rejas, fue trasladada a los Tribunales de Gualeguaychú, en donde se vivió una audiencia clave.
Tal como adelantaron sus abogados, Galarza prestó declaración frente a los jueces, instancia en donde relató cómo era su relación con Pasterizo: “No éramos novios, nunca fuimos. No conozco a sus papás ni salgo con sus amigos. Sólo nos veíamos de madrugada para tener sexo”, aseguró la joven.
“Tuve mi primera relación con él a los 16”, contó con frialdad, afirmando que “Yo me seguía viendo con otro chicos. Nunca fue mi novio. Ninguno habló del tema. Nunca me presentó en su casa y yo tampoco”.
En la misma línea, la estudiante de Derecho insistió en la personalidad violenta de Fernando, quien según ella se drogaba y la llamaba para tener relaciones sexuales «a pesar de que yo no quería,me lastimaba en las zonas íntimas (…) Me enteré que estaba en el tema de la droga. Lo bloqueaba y él empezaba a llamarme. Llegaba la noche y tenía 100 llamadas perdidas. Se aparecía en casa o llamaba al fijo. Me pedía perdón. Me decía que yo tenía la culpa de que me hablara así, decía que no lo iba a hacer más. Lloraba y yo me sentía culpable. Me daba lástima, entonces seguíamos hablando”.
Fueron dos horas de declaración por momentos quebrada por el llanto, tiempo en el que no aceptó preguntas ni pidió perdón, asegurando tajantemente que los dos disparan fueron “un accidente”.
El “bombón asesino” afirmó además que “en el último año (Fernando) se fue poniendo peor. Me decía zorra, desesperada, puta, si me veía con alguien me agarraba de los pelos, me recriminaba por qué me veía con otros chicos”. En la instancia relató que un día, a la salida de una discoteque, el joven la arrastró por el piso y la dejó “con toda la pierna en carne viva”, hecho que no denunció «por vergüenza”.
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En esta, la recta final del juicio, queda esperar los alegatos de ambas partes, en donde tal como han adelantado los abogados querellantes, pedirán cadena perpetua en contra de Nahir. Luego, los jueces tendrán cinco días hábiles para dar un adelanto sobre el veredicto y diez días más para fundamentar su sentencia.
29 de diciembre
Hacia el final de “su monólogo”, la única imputada en el caso afirmo: «Todos los días tengo la culpa de haber agarrado el arma”.
Conteniendo el llanto la joven contó que ese día «cuando terminamos de tener relaciones me empezó a reprochar cosas. Me dio impotencia porque siempre se acordaba de esas cosas después. Le dije que se fuera de mi casa, que no quería hablar más. Me acerqué a la puerta, Fernando me decía que era mi culpa que él se pusiera así. Me decía que no lo iba a hacer más pero siempre lo volvía a hacer. Le conté de Rafael, que hacía tiempo me veía con él. Le eché en cara que ese chico me había tratado mejor, que era mejor que él, que no me pensaba dejar de ver con nadie por él. Me agarró del pelo», narró antes de volver a llorar.
«Sacó el arma de arriba de la heladera de la cocina. Me apuntó en la cabeza. Dijo que no llorara, que iba a despertar a alguien y era verdad porque quién se iba a despertar mi papá. Dijo que si yo quería que se calme que hiciera lo que él quería. Le dije que dejara el arma, que era de mi papá, que la dejara donde estaba y se calmara. Pero cuando estaba enojado conmigo, él se cegaba y no me escuchaba», continuó.
«Yo estaba nerviosa. Me dijo que no intentara hacer nada, que no saliera corriendo. Me dijo que esperara adentro. Sacó la moto. En la esquina estaba Joaquín Osorio discutiendo con la novia. Fernando me agarró del brazo, dijo que me fuera con él. Me dio el casco gris. Yo no me quería ir con él pero, ¿qué le iba a decir a mi papá? ¿Que había dejado que se llevara su arma?»
Luego, concluyó su relato afirmando que «Cuando frenó -con la moto-, es cuando de repente me quedé aturdida. Nos caímos los dos. Me levanté de nuevo y ahí de nuevo me quedé aturdida».
Los hechos
Fernando Pastorizzo falleció el pasado 29 de diciembre como consecuencia de dos disparos producidos por una pistola de 9 milímetros. El primer disparo fue por la espalda y el segundo en el pecho.
El arma pertenecía al padre de la familia Galarza, y fue la misma Nahir quién confesó haberla hurtado y ser la autora de los impactos. Pese a ello, días después la joven cambió su versión de los hechos, apelando a que en realidad los disparos fueron accidentales.
Pero esta no fue la versión definitiva, pues luego, la rubia sostuvo que fue obligada por Fernando a abandonar su casa a punta de pistola, y que cuando iban juntos en la moto, el joven perdió el control y en ese momento se escucharon un par de “explosiones” que terminaron con la vida de Pastorizzo.
Hasta ahora, la Fiscalía la acusa de homicidio doblemente agravado por el uso de armas de fuego y por ser su pareja, lo que durante el juicio se ha intentado desmentir.