«En vez que me den una ‘medalla’ por salvarle la vida a dos internos, estoy privado de libertad», esa es sólo una de las líneas que tiene la carta escrita a mano por Héctor Palma S, el gendarme formalizado por no intervenir en la tortura que recibieron dos de los cuatro ecuatorianos investigados por su presunta responsabilidad en la muerte de Margarita Ancacoy (40).
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«Las mismas víctimas (los ecuatorianos) me daban las gracias y, entiendo, también por escrito que declaran que les salvé la vida», agrega Palma, el gendarme que se mantiene en prisión preventiva tras el hecho.
«Les pido a las autoridades correspondientes que por favor terminen con los engaños, venganzas y por sobre todo, con las ansias de poder, porque lo único que están haciendo es ensuciar el nombre de nuestra Gendarmería de Chile», señala el documento filtrado desde la Escuela de Gendarmería, donde se encuentra recluido Palma.
En el documento también agradece el apoyo de sus compañeros y pide a la opinión pública ponerse del lugar de los funcionarios.
Duros días tras las rejas
Pero más allá de su defensa, Palma también relata que los días como interno han sido duros.
«Son las 03:30 am y no puedo dormir ya que estoy meditanto situaciones que están pasando… Les quiero pedir que no guarden rencor por nadie, aunque todos sabemos que esto que está sucediendo es ‘todo un montaje’ a mi persona», indica el gendarme formalizado.
Sostiene que «desde el primer minuto hay una seguidilla de secuencias raras en distintos procedimientos y se ha entregado información alejada de la realidad». En esa línea detalla que él no tenía visual constante ni tampoco nítida para evitar el hecho, que la densidad del patio presentada en su formalización discrepa de lo presentado en tribunales y que «nunca pude dar mi versión de los hechos. Me presenté voluntario, me detuvieron y me formalizaron».
Asimismo, apela a su conducta anterior. «Nunca en mis 21 años de servicio me he visto involucrado en ningún tipo de violencia y menos de tortura contra internos».