La víctima de La Manada ha roto su silencio después de que la Audiencia de Pamplona dejase en libertad provisional la pasada semana a los cinco hombres que abusaron de ella durante los Sanfermines de 2016.
PUBLICIDAD
De esta forma, ha enviado una misiva de agradecimiento a un programa de televisión en la que, además, ha animado a todas las personas que se encuentren en una situación similar a denunciar. Porque “nadie tiene que pasar por esto”.
La gran parte de la carta se centra en dar las gracias a “todas las personas” que le han ayudado, en especial a su familia y amistades, y también a las que han participado en actos de rechazo contra la violencia machista de forma masiva y pública. “Gracias a toda la gente que, sin conocerme, tomó España y me dio voz cuando muchos me la intentaron quitar”.
*La carta al completo:
«Supongo que esta carta pensaréis que es para contar mi versión y mi vivencia, pero no es así. Esta carta es de agradecimiento. Mamá, papá, gracias no solo por el apoyo, sino por sacar fuerzas de donde no la teníais y habérmelas dado a mí. Gracias por todo lo que me habéis enseñado y por todo lo que me enseñaréis, pero sobre todo por no abandonarme, ni abandonaros a vosotros por mucho que quisierais. Gracias a mis tías, a mis abuelos, a mis tíos y a mis primos por hacerme ver que en esto se basa una familia, en estar siempre, pase lo que pase.
Quiero también dar las gracias a mis personas, mis elegidas, las mejores elecciones que he hecho en esta vida. Por apoyarme, llorar conmigo, enfadaros porque no tenía sentido lo que sentía. Por reír, por hacerme ver que lo mejor y lo peor de la vida hay que compartirlo. Por odiar y sobre todo por querer. Vosotros me levantáis.
También quiero dar las gracias a todas las personas que me han ayudado en este camino. Ojalá nunca os hubiera conocido, pero la vida es así y te trae a las mejores personas en los peores momentos, y eso es por algo. Ojalá nunca te hubiera conocido, amiga, de verdad, pero gracias a esto tengo una persona imprescindible en mi vida, una compañera de batalla que sé que nunca voy a olvidar.
PUBLICIDAD
También quiero agradecer a toda la gente que sin conocerme tomó España y me dio voz cuando muchos me la intentaron quitar. Gracias por no dejarme sola, por creerme, hermanas. Gracias por todo, de corazón.
Gracias a todo el mundo que haya hablado de mí un segundo para repudiar lo sucedido. Asociaciones, personas de la calle, personalidades políticas, famosos y en general a todo el que se haya preocupado por mí. Gracias por hacerme sentir otra vez parte de una sociedad en la que parece que si te violan tienes que llevar el cartel de violada pegado en la frente. Gracias por luchar, gritar, llorar y apoyar esta causa.
Por último, para mí lo más importante: denunciad. Nadie tiene que pasar por esto. Nadie tiene que lamentarse por beber, hablar con gente en una fiesta, ir sola a casa o llevar una minifalda. Nos tenemos que lamentar todos de la mentalidad que tiene esta sociedad donde esto le puede pasar a cualquiera, os lo aseguro. Tened cuidado con lo que decís, no sabéis cuántas veces he oído hablar de ‘la chica de Sanfermines’ sin saber que esa chica estaba sentada a tu lado. Por cierto, no soy ‘la chica de sanfermines’. Soy ‘la hija de’, ‘la nieta de’, ‘la amiga de’. Y, a lo mejor, ese ‘de’ sois unos de vosotros, así que, por favor, pensadlo antes de hablar.
Igual que estamos mentalizados y no bromeamos con enfermedades, no podemos bromear con una violación. Es indecente y está en nuestras manos cambiarlo. Por favor, solo pido que, por mucho que penséis que no os van a creer, denunciéis. Os puedo asegurar que todo el camino que hay que recorrer no es plato de buen gusto, pero, ¿qué hubiera pasado si yo no hubiera denunciado? Pensadlo.
Está muy bien condenar unos hechos, pero tenemos que ser partícipes del cambio. Personalmente, con que mi caso haya removido la conciencia de una persona o haya dado fuerzas a otra persona para luchar, me doy por satisfecha.
Para todas las mujeres, hombres, niñas, niños que estáis pasando por algo parecido: se puede salir. Pensaréis que no tenéis fuerzas para luchar, pero os sorprendería saber la fuerza que tenemos los seres humanos. Contadlo a un amigo, a un familiar, a la policía, en un tuit, hacedlo como queráis, pero contadlo. No os quedéis callados, porque si lo hacéis, les estáis dejando ganar a ellos».